Con el asturiano Luis García a punto de aterrizar en la isla y
Benito Floro retocando su pizarra en el trabajo diario, la
maquinaría del Real Mallorca se encuentra en plena ebullición con
dos objetivos prioritarios: un portero que pugne con Moyà por la
titularidad y el punta que tome el testigo goleador de Samuel Etoo.
La prioridad del club es, hoy por hoy, el fichaje de un guardameta
de garantías que compita por la titularidad con el mallorquín
Miquel Angel Moyà. Y es que Alberto Cifuentes, que antes de la
llegada de Benito Floro partía como el teórico suplente de Moyà, no
entra en los planes del técnico asturiano y su futuro en la caseta
de la Ciudad Deportiva tiene fecha de caducidad.
En este sentido, el Mallorca maneja sobre la mesa los nombres de
Ricardo López (Manchester United) y Sander Westerveld (Real
Sociedad). El club ya ha iniciado las gestiones con el Manchester
para solicitar la cesión del portero madrileño, que en diciembre
cumplirá 33 años. El principal problema para llegar al acuerdo
estriba en la alta ficha que percibe con los reds. Así, la
intención del Mallorca es que el Manchester le pague una porción
notable de su sueldo.
Formado en el Àvila, Ricardo López ingresó en el Atlético de
Madrid en el verano de 1992. Con el club rojiblanco conquistó
edoblete, a la sombra de Molina, y en 1998, tras la marcha de César
al Real Madrid, recaló en el Real Valladolid. Ricardo recuperó
parte del tiempo perdido en el banquillo colchonero y sus buenas
temporadas no pasaron desapercibidas para José Antonio Camacho, que
le convocó para el Mundial de Japón y Corea.
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