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POZUELO 88
DRAC INCA 87

Otra vez el Drac Inca se precipitó en los últimos segundos, pero en esta ocasión, la derrota adquiere notable relevancia. Caer de manera ajustada (88-87) y dar vida al Pozuelo a poco menos de una semana para el derbi. El Drac Inca llega herido (0-2) y precisa de una urgente inyección de moral para salir del pozo y mirar al futuro con optimismo.

El grupo de Juan Díaz no firmó un buen partido, y además topó con un rival crecido, con ganas de demostrar que posee una plantilla cargada de calidad. Quesada, Jiménez y Fernández hicieron daño en la línea de flotación del cuadro de es Raiguer.

Mientras, Joan Riera asumía la batuta del Drac Inca. Los veintiocho puntos que anotó le consolidan como el base titular. No hay dudas. El mallorquín le ha arrebatado el puesto a Lolo Castro y en él se depositarán el grueso de las expectativas que ha generado este equipo. Unas ilusiones que, de momento, no se han cumplido.

El Pozuelo empezó con fuerza. Imprimió un parcial de salida de 9-0, pero el Drac Inca supo parar la hemorragia a tiempo. El 21-15 que reflejaba el electrónico al final del primer cuarto permitía albergar esperanzas, pero llegó la reacción y los mallorquines llegaron a empatar a 35 a 2:20 para el descanso.

Entonces, nuevamente se volvió a atascar el Drac Inca. Los madrileños se volvieron a marchar (41-35) y el panorama no iba a cambiar tras el paso por el vestuario. De esta manera, y en pleno desconcierto inquense, el Pozuelo adquiría una máxima renta (60-45). El Drac Inca había tocado fondo y entonces llegó la reacción esperada.

En los últimos diez minutos, el cuadro balear despertó y se volvió a meter en el partido. Con un parcial de 0-5, el Inca se metió de lleno en el partido (87-84). Faltaba menos de un minuto y todo estaba abierto. Un triple de Riera, quién sino, forzó un empate que disparó las expectativas (87-87). Era el momento clave. El Drac Inca se creyó entonces que podía ganar al Pozuelo le temblaban los cimientos.

Joe Alonso se fue a la línea de tiros libres. Anotó el primero y falló el segundo. Con 88-87, Juan Díaz pidió tiempo muerto, y en la posesión ganadora, ni Stevie Johnson no Sergio Rodríguez supieron apuntillar a un Pozuelo que se hizo grande y obtuvo una victoria vital a costa de un Drac Inca que no acaba de encontrar su lugar en la categoría de bronce.

Ahora aguarda el Alcúdia (viernes, 21 horas) en un partido que marcará el futuro del equipo y puede que el de Juan Díaz.