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Sólo se han consumido seis jornadas de campeonato y el partido de mañana desprende un olor a final que asusta. El entorno lleva dos semanas masticando el futuro de Benito Floro; los jugadores han entonado emea culpa durante estos días y el club ha optado por transmitir calma y pedir paciencia. Para que a la cita ante el Villarreal no le faltara ningún condimento, el entrenador del Mallorca aliñó su rueda de prensa de ayer con un discurso matemático.

El entrenador asturiano tiró de estadística y aderezó su comparecencia con un balance de los dividendos de su equipo en este primer mes y medio de competición, una catarata de datos teóricos que desembocaron en una conclusión: «El Mallorca tiene una calidad media, pero los desaciertos nos impiden ver las cosas buenas que estamos haciendo», apuntó Floro. El míster bermellón aprovechó su cita semana para solicitar a los aficionados «por última vez» su comprensión porque «es necesario que todos rememos en la misma dirección para llevar el barco a buen puerto». Floro reconoce lo extraordinario de su balance, pero considera que «las circunstancias así lo aconsejan» y también sirven para «pedir a los mallorquinistas de buena voluntad que entienda las cifras».

«Sé que hay dos cuestiones objetivas, como son los resultados y la clasificación -el Mallorca es colista con 4 puntos de los 18 posibles-, pero también es importante la estadística, que demuestra que el equipo tiene cosas que mejorar y en eso estamos, es decir, hace cosas bien, y los futbolistas son jóvenes, humanos, y ciertas cosas les pueden afectar», indicó. De acuerdo con las cifras que aportó el técnico, en seis jornadas, el Mallorca ha rematado en 91 ocasiones, con una media de 15 veces por partido y ha marcado 4 goles. «Nos han rematado 73 veces, 12 veces por partido, y nos han hecho 8 goles. Por lo tanto, es una cuestión más de acierto en un área y desacierto en otra, que de creación de oportunidades», dijo.