Los tenistas mallorquines Rafael Nadal y Carlos Moyà se conjuran para ganar la final de la Copa Davis, ayer en el Palau de la Premsa.Foto: JAUME MOREY
Nadal y Moyà, durante la entrevista realizada en la sala de juntas deGrup Serra.

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Balears va a vivir la próxima semana uno de los acontecimientos deportivos más importantes de su historia. Carlos Moyà Llompart y Rafael Nadal Parera, lideran al equipo español que se medirá entre el 3 y el 5 de diciembre a Estados Unidos en la final de la Copa Davis en el Estadio La Cartuja de Sevilla. España afronta una gran oportunidad para levantar por segunda vez la Ensaladera, la primera que contaría con (doble) participación mallorquina. Contará con el apoyo de 23.000 aficionados y ha elegido la superficie y las pelotas. Los dos jugadores isleños desvelan sus sensaciones una semana antes de que se levante el telón.

-Rafael Nadal: Va a ser una final muy igualada. Jugar sobre tierra batida es un factor que nos ayuda, pero los jugadores norteamericanos son muy peligrosos. Para ganar tendremos que estar a un buen nivel. -RN: Todavía soy joven, pero no sé si habrá otra oportunidad tan clara como ésta. Jugamos en casa, con nuestro público, con la superficie y las pelotas que hemos elegido. Sin duda va a ser lo más importante que juegue este año. Estoy muy ilusionado con ganar esta Copa Davis. -RN: Es un momento muy importante para el tenis balear, pero creo que podrá seguir siéndolo mientras Carlos tenga ganas de seguir jugando a tenis. El hecho de que haya jugado cinco Masters dice mucho de él. Creo que tiene un sitio garantizado mientras se lo proponga. Y personalmente espero que siga muchos años. -RN: Está claro que es uno de los factores que pueden hacer que la eliminatoria se decante de un lado o del otro. Especialmente porque cuando atraviesas por momentos difíciles en un partido pueden hacer recuperarte. -RN: En esta temporada he vivido momentos buenos y malos. Me lesioné en el primer torneo de tierra y me perdí la temporada en arcilla y Wimbledon. Lo mejor ha sido ganar Sopot y las semifinales de Copa Davis en Alicante. Ya disfrutamos esa victoria y en las últimas semanas me he esforzado para recuperar mi mejor nivel. Creo que lo estoy consiguiendo. Seguro que será algo muy grande.

Carlos Moyà y Rafael Nadal representan a las dos generaciones más fructíferas del tenis balear. Les separa una década, pero les une un objetivo común: la Ensaladera. El palmesano cuenta con uno de los mejores currículos del tenis español. Ganó Roland Garros y fue número uno del mundo, pero no se conforma. Moyà es un tipo que se mueve por estímulos y se marcó como meta levantar la Copa Davis. Hace dos años que no sueña con otra cosa. Es un deseo y una obsesión. El año pasado la acarició, y ahora no quiere dejarla escapar.

El manacorí se encuentra en el lado opuesto a Moyà. El niño prodigio del tenis español acaba de comenzar su carrera como profesional, pero no es de los que necesitan demasiadas oportunidades para alcanzar sus objetivos. Ha ganado su primer torneo como profesional (Sopot) y a pesar de que es su primer año en el equipo de Copa Davis entiende que es una oportunidad -jugar la final en casa- que no puede dejarse escapar.

Ayer, el día antes de partir hacia Sevilla donde hoy se concentran junto al resto de los componentes del equipo nacional (el G-3, Juan Carlos Ferrero y Tommy Robredo), se acercaron al Palau de la Premsa para describir sus sensaciones ante la cita más importante de la temporada.

-Contrariamente a lo que sucedió el año pasado, la final se juega en casa. ¿España es favorita?
-Carlos Moyà: En teoría somos favoritos. Siempre que España juega en casa, en tierra batida, tiene más opciones que el rival, pero en una final puede pasar cualquier cosa. El año pasado jugamos en Australia sobre hierba, que eran las peores condiciones que nos podían poner, y estuvimos a punto de dar la sorpresa. Estados Unidos tiene un buen equipo; no podemos confiarnos por el simple hecho de jugar en casa.


-¿Piensan que están ante una oportunidad única para ganar la Copa Davis?
-CM: Sin duda será una de mis últimas oportunidades para ganarla. Creo que he realizado una buena temporada, he acabado el quinto del mundo, pero es cierto que tengo muchas ganas de ganar la Copa Davis. En 2000 (cuando España ganó su única Copa Davis) no estuve en ninguna eliminatoria. No tengo una espina clavada por el hecho de no haber formado parte de ese equipo, sino por no haberla ganado nunca. Esta es una de esas oportunidades que dificilmente vuelve a presentarse.


-Son dos tenistas mallorquines que están a punto de ganar la Copa Davis. ¿Son conscientes de que están haciendo historia?
-CM: Este año prácticamente en todas las eliminatorias siempre hemos sido dos mallorquines en el equipo español. Si me lo hubieran dicho hace seis o siete años no me lo hubiera creído, pero lo cierto es que somos el 50 por ciento del equipo. (Mira a Rafael) Qué haya un tercero va a ser complicado, ¿no? Está claro que es un factor que debe valorarse, sobre todo porque tengo 28 años y para ser parte de este equipo hay que estar entre los dos o tres mejores individualistas de España. Por eso mi meta imprescindible es ganar esta Copa Davis.


-¿Creen que el apoyo del público puede condicionar su rendimiento o el de los estadounidenses?
-CM: El factor del público es muy importante. Hemos ganado las últimas once eliminatorias que hemos jugado en casa y seguro que el apoyo de los aficionados tiene algo que ver. Recuerdo el ambiente de Brasil, Italia o Suecia. Entras a la pista asustado. En la final tiene que ser lo mismo. Eso hace que nosotros estemos al 150 por ciento y ellos entren encogidos.


-Los dos han ganado partidos muy importantes en estos dos últimos años, pero ¿es cierto que se siente algo especial cuando se juega la Copa Davis?
-Es una competición diferente. Es una semana diferente a la del resto del año. Estás más nervioso durante los días previos. Cuando entrenas hay veinte personas en la pista. Hay mucha más presión en los partidos. Pero sin duda es lo que hace diferente esta competición.


-¿Cuándo Rafael se lesionó se le vinieron a la cabeza sus problemas con la espalda?
-Hay una gran diferencia por la edad. Cuando yo me lesioné había conseguido lo máximo y él está empezando; tiene mucho tiempo por delante. Seguro que no tendrá secuelas y yo estuve un año y medio para recuperar mi nivel. Del top ten caí al sesenta del mundo. Pienso que volver a estar arriba me ha hecho mejor, sobre todo mentalmente.

-Después de haber ganado Roland Garros y ser número uno del mundo, ¿cómo se motiva un tenista?
-CM: Yo siempre he funcionado por objetivos. Para estar motivado tengo que tener metas que alcanzar, porque si no día a día me cuesta mucho. Si fui número uno del mundo es porque fue una obsesión. Ahora mi obsesión es ganar la Copa Davis y ya sé que si no lo conseguimos el fracaso será más grande. Por la lesión de espalda me perdí estar en los Juegos de Sydney y en el equipo que ganó la Davis en el 2000. Pero no estar en esa final me ha motivado para demostrar que también soy capaz de ganarla.

-¿Al equipo español le interesa que la pista esté muy lenta?
-CM: A mí no me gusta demasiado lenta. Todos los jugadores de nuestra equipo buscamos el punto. No nos conviene pasarnos cinco horas pasando bolas. Lo más interesante es que la pelota bote porque utilizamos mucho los efectos. Nos interesa que la bola bote y muerda a los rivales.