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Amador Pons
Muchos de ellos llevan más de una década lejos de sus países, pero siguen sintiendo pasión por el deporte rey en Cuba o la República Dominicana. Esa pasión por el beisbol les hace seguir pendientes de las grandes ligas y ha provocado que introduzcan en Mallorca el softbol, una modalidad prácticamente idéntica al beisbol en la que se lanza por debajo de la cintura y en la que la pelota es más grande. Cada domingo más de medio centenar de personas se reúnen en el polideportivo Sant Ferran para competir en la liga mallorquina. Son en su mayoría inmigrantes cubanos y dominicanos, aunque se les han sumado españoles y venezolanos.

En Mallorca, el beisbol y el softbol son dos deportes prácticamente desconocidos. En la península existe algo más de tradición pero aquí se está introduciendo de la mano de los cubanos y dominicanos afincados en la Isla. En 1995 comenzaron a jugar en la actual pista de atletismo del polideportivo Sant Ferran, pero las obras por la construcción de esta instalación les desplazaron unos metros. Desde 1998 están organizados. Luis Alberto García coordina ya a más de medio centenar de personas que compiten a nivel regional, nacional e internacional. Cuando comenzaron a jugar, sólo existían dos equipos: los cubanos y los dominicanos, pero en los últimos años han crecido.

Actualmente se han conformado tres equipos de entre 15 y 18 jugadores cada uno y compiten en dos ligas (invierno y verano). De septiembre a enero se juega la Liga de Invierno. Cada domingo se reúnen los tres equipos. A las 13 horas se disputa el primer encuentro y a las 15 horas uno de esos bloques repite en el segundo partido frente al tercer conjunto. Marlin, Yankees y Los Cubanos, los tres equipos mallorquines, repiten la misma fórmula en los meses de enero a julio en la Liga de Verano.