Marcos, entre en ela lista.

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De la bronca a la revolución. De las palabras a los hechos. De los delineantes a los obreros... Héctor Cúper se ha cansado de esperar una reacción que no llega y ha optado por meter el bisturí. El entrenador argentino lanzó una advertencia («quien no corra, no jugará») que ha cumplido de inmediato. El entrenador del Mallorca cambia por completo la sala de máquinas, un peón de las trincheras defensivas y tal vez su guía ofensivo con el fin de recuperar el sentido de sus primeras semanas y reordenar el caos. La final se juega en Bilbao, un estadio poco propicio para la esperanza, en la cita que bajará la persiana de 2004 (20.00 horas, San Mamés).

El ridículo del pasado domingo ante Osasuna escoció en el seno de una entidad convencida de haber suturado la herida con la llegada de Cúper. Ganar en Bilbao traería el maná de los puntos, pero también una notable ración de autoestima a un grupo cuyos niveles de confianza no rebosan.

Más que cambios de posición o de sistema, lo que el equipo necesita es creer en sí mismo. Cúper ya ha lanzado el mensaje y hoy se demostrará en Bilbao qué jugadores siguen en el mismo barco. El Mallorca llega a la cita con secuelas de las últimas refriegas. Fernando Niño y Guillermo Pereyra se quedaron en Palma por diversos problemas y esas ausencias facilitará la revolución Cúper. Para cubrir la baja del central gaditano, el de Chabas le entregará la plaza a Sergio Ballesteros. Condenado al ostracismo desde su llegada -sólo jugó ante Sevilla y Atlético de Madrid-, el valenciano regresa al once para formar pareja con Iván Ramis, una muralla que acabará el partido con dolores de cuello por el fútbol directo del Athletic en busca de Ismael Urzaiz. La línea de fondo se completa con Cortés y Poli por las orillas y Miquel Angel Moyà bajo los palos.

En la sala de máquinas, es probable que Cúper vuelva a entregarle los galones a Farinós, suplente el pasado domingo, y a Marcos Martín, que se estrenaría en el torneo doméstico con Cúper en el banco. Ese doble pivote condenaría a Jorge López, uno de los futbolistas señalados directamente por el dedo acusado de su entrenador. Campano tendría una nueva oportunidad en el carril diestro, con Juan Arango en la banda contraria. En ataque, el de Chabas le sigue dando vueltas al asunto. Luis García es fijo, mientras que Delibasic y Perera pugnan por la otra plaza con bastante opciones para el extremeño, que marcó el pasado domingo.

El Mallorca afronta el duelo como una final. La victoria supondría un avance y, quizás, despedir el año en zona de salvación. El empate o la derrota, en cambio, abriría de par en par las vías de agua y dejaría al equipo a merced del destino y con fango hasta las rodillas.

Tras un comienzo titubeante, El Athletic llega en línea ascendente, tras tumbar al Atlético, humillar al Standard (1-7) y vencer en Zaragoza y dispuesto a dejar al conjunto isleño unos metros más cerca del precipicio.