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El albaceteño Guillermo García López, el único español que superó la fase previa, sacó provecho de sus excelentes cualidades para jugar en pista rápida, y dio la primera gran sorpresa del Abierto de Australia al superar a Carlos Moyà, quinto favorito. Con un marcador de 7-5, 6-3, 3-6 y 6-3, y en dos horas y 43 minutos, García López liquidó a Moyà, finalista en 1997, en una jornada en la que el tenis español sufrió un duro revés, pues además del jugador de La Roda, sólo Tommy Robredo y Feliciano López lograron superar el primer escollo, mientras que siete de ellos fueron eliminados.

García López, de 21 años, 106 del mundo, juega por primera vez en este abierto y se enfrentará en segunda ronda al estadounidense Kevin Kim, que derrotó al coreano Hyung Taik Lee en cinco sets. Amparado en un sólido servicio, con el que consiguió 13 saques directos y una fe ciega en su derecha, García López se convirtió en el protagonista de la primera jornada del abierto oceánico al derrotar a Moyà, contra el que había caído recientemente en las semifinales de torneo de Madras, en un duro partido (6-4, 2-6 y 7-6), y donde al final el mallorquín se hizo con el título.

Una ruptura en el octavo juego del último set proporcionó alas al albaceteño que se hizo con el siguiente, en blanco, en un alarde de sangre fría, para explotar de alegría al confirmar a la primera oportunidad y apuntarse la victoria más notable de su carrera. Moyà señaló que esta derrota suponía «un paso atrás» en sus aspiraciones de este año, en el que había tomado una decisión difícil y dura, apartarse de la Copa Davis.