Marat Safin logró a la tercera oportunidad hacerse con el Open de
Australia, en un año para la historia, el del centenario de este
torneo, al vencer en la final al australiano Lleyton Hewitt, y
convertirse en el segundo ruso que triunfa en Melbourne tras
Yevgueni Kafelnikov en 1999. Con un marcador de 1-6, 6-3, 6-4 y 6-4
en dos horas y 45 minutos, el jugador ruso, criado tenísticamente
en España, se resarció de las dos finales perdidas anteriormente.
La del 2002, contra el sueco Thomas Johansson, y la del año pasado
ante el suizo Roger Federer, cuando se quedó sin fuerzas tras
llegar al último partido después de necesitar 129 juegos, récord en
un Grand Slam en la Era Open.
Esta vez, aprendida la lección y con esas dos experiencias,
Safin no perdonó. Y si en semifinales celebró su 25 cumpleaños y
fue capaz de imponerse al suizo Roger Federer, salvando un punto de
partido, en la final mostró todo su orgullo.
Todo estaba preparado para la gran fiesta del tenis australiano
en la Rod Laver Arena, donde incluso la organización eligió a un
legendario jugador Kennie Rosewall, ganador de ocho títulos del
Grand Slam y cuatro del Open de Australia, para entregar el trofeo,
y donde hasta el ex número uno de golf, Greg Norman, no quiso
tampoco perderse un día histórico. Pero el destinatario de la
gloria fue otro.
El partido comenzó con 16.000 personas entonando el himno
nacional australiano, en la misma pista en la que este país
consiguió la Copa Davis en 2003 contra España, en la que el propio
Hewitt se convirtió en el héroe. Un ambiente de patriotismo rodeaba
la final, haciéndola todavía más excitante, sobre todo porque el
arranque de Hewitt fue espectacular, con una manga inicial en la
que el «aussie» estuvo sublime con sus globos, certero en sus
golpes, y solo cedió tres puntos con su saque, para ganarla en 23
minutos.
Las piernas de Safin no respondían, sus fallos se multiplicaban
y el ruso las golpeaba sin cesar. También su raqueta pagaba las
culpas, volando por los aires y estrellándose contra el suelo,
mientras que Hewitt deleitaba a sus seguidores.
El espectáculo de Hewitt duró solo esa media hora, porque Marat
no quería perder su tercera final en Melbourne Park, y el ruso
volvió a ser el gran jugador que ganó el Open USA en 2000 ante Pete
Sampras, «eso fue por error», bromeó después al recordarlo, para
concentrar todas sus fuerzas en el resto. Así, rompió en el cuarto
juego (3-1), dispuso de un punto de set en el octavo, que Hewitt
salvó, pero confirmó al siguiente con una certera derecha.
No obstante, Hewitt no cedió en su lucha y en el tercer set se
colocó con una ventaja de 4-1 que devolvió los ánimos a sus
seguidores. A partir de ahí Hewitt perdió fuelle y resurgió el
mejor Safin, el jugador que cuando quiere se muestra como número
uno, ganando siete juegos consecutivos hasta el 1-2 del tercer set.
Safin, ya sin oposición, sumaba aces hasta 18, y golpes ganadores,
54, y sometía al australiano a un duro castigo deleitándose con un
juego espectacular, que su entrenador el sueco Peter Lundgren,
ensalzaba con el puño en alto.
Safin, se hizo con su segundo título grande, y el 15 de su
carrera en un torneo que no olvidará, pues estuvo a un solo punto
de volver a casa contra Federer. Marat es el cuarto jugador en la
Era Open y que gana tras salvar esta adversidad.
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