El Mallorca flaquea a domicilio. Alterando las costumbres de las
últimas temporadas, en las que el grupo balear generó buenos
dividendos como visitante, el equipo isleño se ha acostumbrado en
el presente curso a regresar de vacío a la Isla. La racha es tan
deficiente que le sitúa como la peor desde el regreso a la máxima
categoría en el verano de 1997.
El Mallorca visita mañana al Málaga con el lastre de cinco
derrotas consecutivas lejos de Palma. Y es que desde el pasado 21
de noviembre, cuando el bloque de Cúper se impuso en La Romareda
(0-1), ha sido incapaz de atrapar ni tan siquiera un punto en sus
cinco desplazamientos posteriores.
La chispa que encendió esa mecha se produjo en Mestalla. Apenas
siete días después de capturar los tres puntos en Zaragoza, el
Mallorca visitaba al Valencia en un encuentro rociado de morbo por
el retorno de Héctor Raúl Cúper a la que fue su casa durante dos
años. El Valencia no necesitó tirar de todo su repertorio para
imponerse al conjunto balear en dos acciones a balón parado
(2-0).
Después de apelar a la heroica en Palma, con una remontada
espectacular ante el Numancia (3-2), el Mallorca visitaba el
estadio de Montjuïc con la intención de enderezar el rumbo. El
encuentro resultó extraño. El Espanyol se adelantó en el marcador
con un gol de Serrano, tras una serie de carambolas, el Mallorca
desperdició una ocasión de oro para empatar -un penalti parado por
Kameni- y el conjunto blanquiazul puso tierra de por medio tras una
gran acción individual de De la Peña. El grupo balear acortó
distancias con un tanto deGuille Pereyra, pero no pudo completar la
remontada (2-1).
La despedida del año 2004 tampoco alteró la dinámica. El
Mallorca visitó San Mamés y, en apenas diez minutos, el Athletic
despachó a un rival que paseó su tristeza por La Catedral. El 4-0
fue el peor epílogo posible a un año nefasto. Tres derrotas en tres
salidas.
La llegada de 2005 tampoco aportó luz y vida al Mallorca en sus
desplazamientos. Visitaba el Manuel Ruiz de Lopera con el propósito
de reafirmar la mejoría experimentada unos días antes frente al
Deportivo. Dos goles del brasileño Edú tumbaron al conjunto de
Cúper. La quinta derrota mallorquina a domicilio se produjo en el
estadio Santiago Bernabéu, en la primera jornada de la segunda
vuelta del campeonato. La expulsión del central italiano Mark
Iuliano, con 1-1 en el marcador, fue el inicio del fin para el
Mallorca. El grupo de Luxemburgo se impuso 3-1 y confirmó la
maldición que persigue al bloque isleño en los últimos
desplazamientos.
Para encontrar un precedente similar hay que bucear en las
profundidades de la historia bermellona y remontarse hasta la
temporada 1991-92.
En aquella ocasión, con Lorenzo Serra Ferrer en el banquillo, el
equipo encadenó seis encuentros a domicilio perdiendo, una nefasta
marca que a la postre desembocó con el descenso a la Segunda
División.
El récord de derrotas consecutivas a domicilio, sin embargo,
data de la campaña 1960-61, la primera del Mallorca en la nobleza,
cuando dobló la rodilla en sus diez primeros desplazamientos.
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