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Xisco Cruz / Carlos Montes de Oca
Miquel Àngel Moyà, Iván Ramis y Antoni Lluís Adrover. Por un lado, la agilidad. Por otro, la contundencia. Y, más allá, la clase. Representan a Binissalem, Sa Pobla y Sóller. Tienen entre 20 y 22 años, son el futuro del Real Mallorca y constituyen tres pilares básicos en el grupo de Héctor Cúper para lograr la permanencia en la realeza del fútbol español. Los tres aceptan de buen grado la petición de este periódico de posar juntos. Durante la distendida charla se intercambian miradas de complicidad y alguna que otra broma. Hay buen feeling entre ellos. La derrota en el Camp Nou todavía flota en el ambiente, aunque coinciden en señalar que «nuestra Liga vuelve a empezar el sábado, ante el Levante». Moyà, en el escaparate mediático desde que a los 15 años Fernando Vázquez le convocara para un entrenamiento con el primer tiempo, muestra su soltura ante la grabadora, si bien no esconde cierto sabor agridulce por su estreno en el santuario azulgrana: «En el segundo gol no he estado fino, pero los jugadores tenemos que dar la cara cuando las cosas no van bien», apostilla.

Tuni destila timidez y una calma notable en sus declaraciones, aunque su semblante serio engaña cuando tiene el balón en los pies. Entonces, sufre una violenta metamorfosis. Ramis, el benjamín, representa el término medio. Todavía siente las cabriolas, los regates y el ingenio de Ronaldinho, su pareja de baile en Can Barça. La derrota de anteayer ante el líder (2-0) no ha enfriado los ánimos de un grupo que ya divisa en el horizonte tres partidos de alto voltaje: «Perder en el Camp Nou entra dentro de lo previsible. Tuvimos ocasiones claras para marcar, dimos la cara, pero nos faltó acierto de cara a puerta. Hay que pasar página, seguir la línea de juego que llevamos y sumar puntos en casa, que es donde nos jugaremos la permanencia», apunta Tuni.

Desde que arrancó 2005, la escuadra balear ha evidenciado síntomas evidentes de mejora. A la hora de explicar las causas de esa metamorfosis, Ramis apunta a la actitud: «La actitud en el campo ha sido fundamental. Hemos salido al terreno de juego con más confianza, sabiendo que es posible ganar a cualquier rival, ya sea en casa o fuera, y las ganas de abandonar las posiciones de peligro. El grupo se ha concienciado en mantener la categoría», suelta epobler. La revolución invernal ha tenido un efecto boomerang en la caseta. Desde la llegada de los refuerzos, curiosamente están acaparando portadas los jugadores que ya pertenecían a la plantilla o futbolistas que no entraban demasiado en los planes como Tuni. Moyà, no obstante, subraya la importancia de los últimos fichajes: «La ayuda de los refuerzos ha sido importante para nosotros porque han contribuido a elevar la competencia en el grupo. También la opción de Tuni, que de momento está respondiendo a la perfección, ha sido positiva. Hemos ganado dos partidos seguidos en casa y es cierto que le ha dado otro aire al equipo. Se ha cambiado también el sistema, sobre todo en casa, con un 4-4-2 en rombo, más ofensivo que antes, porque a estas alturas de temporada necesitamos marcar goles y ganar partidos», manifiesta Moyà.