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Carlos de Torres|CÓRDOBA
El italiano Leonardo Bertagnolli, del equipo Cofidis, tuvo el honor de ponerse el sombrero cordobés que acredita a los vencedores en esta ciudad andaluza tras imponerse al esprint al australiano Bradley McGee, de la Francaise des Jeux, quien se vistió de líder en la segunda etapa de la Vuelta, que salió de Granada para cubrir un recorrido de 189 kilómetros marcados por el intenso calor.

Bertagnolli, de 27 años fue el más valiente y oportuno cuando saltó en el puerto de San Jerónimo (segunda categoría), cuya cima se encontraba a 13 kilómetros de meta, para marcharse en solitario y guardar con celo un pequeño puñado de segundos que no pudieron neutralizar diversos grupos de perseguidores.

El italiano enrolado en el Cofidis francés ganó a McGee, un hombre muy rápido que afrontó los metros finales «cansado y con calambres». Fue un premio a la lucha que ponía fin a una temporada llena de lesiones. Marcó en meta 4:52.27, el mismo tiempo que el corredor «aussie» y los españoles Juan Antonio Flecha (Fassa), Francisco Vila (Lampre), Angel Vicioso (Liberty), Unai Yus (Bouygues) y Joaquín Rodríguez (Saunier). El pelotón principal con Santos González al mando pasó a 33 segundos.

Si el corredor transalpino encontró la felicidad con la victoria de etapa, el nuevo líder Bradley McGee por ser el primer australiano que entra al club de los ciclistas que han vestido de líder en las tres grandes. En el Tour tuvo el honor de estrenar el amarillo en el prólogo de 2003 y el rosa del Giro de Italia el año pasado.

El corredor de Blacktown rodará en la primera etapa manchega con la prenda dorada con 22 segundos de renta sobre Bertagnolli y 31 respecto a Flecha, segundo y tercero respectivamente. El ciclista catalán volvió a dar muestras de su combatividad y tiene claro que quiere «mojar» en la Vuelta antes de marcharse del Fassa. El ruso Menchov pasó de la primera a la novena plaza y Carlos Sastre es décimo (CSC) a 1.02.

Dos modestos corredores, el español David de la Fuente (Saunier) y el francés Hervé Duclos Lassalle, hijo de Gilbert, doble ganador de la París-Roubaix, se animaron a formar la primera escapada de la presente edición en el km 24 bajo un sol que derretía el asfalto, sin que el pelotón mostrase la menor preocupación. Con un retraso de 10.58 en el kilómetro cincuenta y siete de la etapa, el Quick Step, con Verbrugghe de líder virtual y las aspiraciones del belga Boonen en el esprint, decidió ponerse el mono de trabajo.

Diferencias
Las diferencias empezaron a menguar en el dúo, bien provistos de moral contra todo el grupo. El cántabro De la Fuente, más fresco que Duclos Lassalle, decidió viajar solo en el kilómetro 115. Difícil empresa para este corredor de 24 años que debía superar el Alto de San Jerónimo (segunda), a 13 kilómetros de meta, con un Quick Step que parecía el único interesado en echar abajo la fuga.

En el ascenso al puerto se secó De la Fuente de manera espectacular y vio como era víctima de un pelotón que ya se había deshecho y donde muchos corredores salían de estampida en busca de la fuga. Lo intentó Gorka González (Euskaltel), luego Unai Osa (Illes Balears), no podía faltar el Comunidad Valenciana, que puso al ataque a Carlos García Quesada, pero quien logró el objetivo, y de manera definitiva fue Bertagnolli.

El trentino coronó en solitario con 20 segundos de adelanto y supo guardar su botín hasta que recibió la visita de McGee. No se desanimó. Retó al australiano y contra pronóstico le batió con claridad. Venció al calor, a la sombra de su mala racha y por eso se puso más contento que unas pascuas el sombrero cordobés, imprescindible bajo el fuego que caía del cielo.

Es una victoria que adquiere un elevado valor para el Cofidis, que de esta manera saca partido a su presencia en la Vuelta a España y da una de las campanadas de la ronda española con tan sólo una etapa y el prólogo en marcha. Mientras, el Illes Balears empieza a presentar sus credenciales y se deja notar a lo largo de la carrera. Es la guerra de estrategias entre Manolo Sáiz y Eusebio Unzúe, que reservan a sus jefes de filas -Roberto Heras y Paco Mancebo-, pero no están dispuestos a dejarlos sin resguardo en una primera semana que puede dar sustos en el pelotón en forma de escapadas, caídas, abanicos y otras contingencias que la Vuelta a España reserva al gran grupo. Bertagnolli ya ha cumplido, ahora es el momento de los Petacchi y compañía, la hora de los llegadores y de las grandes estrellas de la carrera. Con el permiso de los equipos con intereses en la prueba.