Arango y Navarro se volvieron a ver las caras. Foto: MONSERRAT.

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Ha recurrido el Mallorca a la vía empírica para salir del túnel y sus números han adquirido cierto equilibrio. Diez partidos después, la escuadra de Cúper ha concluido que sus éxitos deben construirse a partir de la defensa y los primeros resultados no han tardado en llegar. Rocoso y cauto, el equipo balear ha empezado a crecer eliminando riesgos. Su propuesta es cicatera, aunque también el camino más rápido para sobrevivir. Expone poco este «nuevo» Mallorca, pero suma incluso cuando está en precario. Le birló esta vez un empate al Sevilla, que lo tuvo casi todo a su favor para llevarse el partido y acabó aceptando las tablas que propuso Cúper. ¿Por qué suicidarte si puedes ganar un punto?

Tuvo que intentar arreglar el entrenador bermellón lo que estropeó Navarro y redactar con urgencia un nuevo telegrama. Se largó el lateral zurdo antes de tiempo -su dura entrada sobre Fernando Sales no tiene justificación alguna- y el Mallorca quedó malherido. El catalán cometió un grave error de cálculo y su efecto acabó siendo devastador. El Sevilla fabricó el empate tras la falta de Navarro, que además dejó a su equipo en inferioridad numérica.

Se ventiló casi todo en tres minutos. Primero fue el gol de Víctor Casadesús, forjado tras una gran carrera de Tuni (35'), después la expulsión de Navarro (36') y finalmente el remate de Kepa, que encontró en el área un balón peinado por Pep Lluís Martí (37'). El partido cambió de manos con tanta rapidez que el Mallorca, incrédulo ante la cascada de acontecimientos, se sintió aliviado cuando alcanzó el ecuador. Cúper respondió tirando de Maciel y retirando a Yordi, aunque no fue ésta su primera revisión. Mucho antes se quedó sin Eduardo Tuzzio, un futbolista fundamental en la rehabilitación del equipo y que está siendo maltratado por las lesiones (Alessandro Potenza fue su sustituto).