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Los siete últimos puntos logrados por el Mallorca han rebajado la tensión que se había acumulado en las paredes del vestuario rojillo. El equipo está cada vez más cerca del camino a seguir y ha llegado a este punto de la competición con un volumen de crédito que parecía impensable hace sólo algunas semanas. Aprovechando la circunstancia y que el campeonato se ha congelado, Cúper volvió a ponerse ayer ante las cámaras para hacer balance del primer tramo de la temporada y aclarar algunos de los puntos negros de su escuadra. El argentino insiste en que faltan todavía muchas cosas por mejorar y en que será necesario alcanzar la regularidad para salir definitivamente de la zona conflictiva, pero a su vez reconoce que el estado de ánimo se ha disparado y que eso mejorará notablemente las prestaciones de la caseta.

En primer lugar, el responsable técnico rojillo no quiere que sus jugadores se dejen llevar por la corriente positiva de las últimas semanas y advierte que el entorno no se lo permitirá: «Cuando un equipo empieza a ganar, todos los que le rodean quiere ganar siempre y cuando se pierde se quiere invertir la dinámica. El entorno siempre es exigente». El de Chabas matizó que «lo que no quiere la gente es estar angustiada y de momento hemos salido, pero todavía falta mucho y no podemos pensar que lo tenemos todo controlado. Cambia el estado de ánimo, eso es lo que nos ha ocurrido».

Con respecto al estado físico del plantel, Cúper comparte la opinión exhibida hace unos días por Juan Manuel Alfano. «Normalmente, por nuestra manera de trabajar, sabemos que en el primer cuarto de Liga siempre llegamos al setenta por ciento, lo que no quiere decir que tengamos la seguridad de que llegaremos al cien por cien porque depende de muchos factores». Cuestionado sobre el que prevé que será el mejor momento de la plantilla durante la temporada, el entrenador mallorquinista afirma que «normalmente siempre hemos empezado a subir después de la primera mitad del año. El bajón en cambio, es inevitable pero no hay que esperarlo». Para el argentino, «hay un momento en el que el jugador, ante cierta tensión, puede optar por limpiar esa presión y a veces trabajamos para preverlo, pero no es tan sencillo».

Cargar las pilas
El preparador aportó más argumentos a su punto de vista y recordó que «todos los equipos tienen un momento del año en el que es obligatorio cambiar las pilas y recomponerse. Los equipos siempre tienen uno o dos partidos al año donde reciben un palo impresionante y nosotros ya hemos encajado dos terribles».

Otro de los objetivos del técnico es cambiar la mentalidad del plantel para adecuarla a unas pretensiones mucho más ambiciosas: «Tenemos que acostumbrarnos a ir a ganar a todos los campos. No me agradan los rivales directos en la lucha por evitar el descenso. Muchas veces uno está condicionado, pero la mentalidad debe ser de ganar a todos los rivales».

Un tema ineludible para el técnico fue el ostracismo al que ha sido sometido Ballesteros a raíz de sus dos expulsiones en el campeonato.

En esa dirección, asegura que «él es un jugador de equipo y lleva un par de partidos sin ir convocado, pero no pasa nada. Si no lo convoco es porque no lo veo todo lo bien que tiene que estar para jugar». En relación a los posibles refuerzos que puedan llegar en el mercado de invierno, Cúper destaca que «la posibilidad de fichar también dependerá en parte del momento deportivo de algunos jugadores, pero lo que no haremos será fichar por fichar. Tendrían que mejorar lo que hay y ser una buena posibilidad para el club. Además no tendría que ser sólo una posibilidad para seis meses, a no ser que fuera espectacular. Debería ser un fichaje de futuro».