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El Mallorca quiere volar alto en la Liga y ha empezado a explotar la verticalidad de su plantilla con la intención de ir ganando altura. En pleno despegue, Héctor Cúper sigue trabajando para dar con la tripulación adecuada, aunque alguno de sus efectivos ha aprovechado el nacimiento del torneo para agilizar el proceso de selección. En ese pequeño grupo de alumnos aventajados comparten espacio Tuni y Jonás Gutiérrez, que además de representar a la perfección el nuevo espíritu rojillo, se han convertido en dos de los elementos más desequilibrantes del proyecto isleño. Aprovechando el parón del campeonato de Liga, ambos accedieron a valorar su rendimiento junto a Ultima Horay no tuvieron ningún incoveniente en posar junto a las avionetas que la escuela de pilotos Airpal posee en el aeródromo de Son Bonet para ilustrar su rol en el equipo. Son los dueños de los carriles, las alas del nuevo avión mallorquinista.

Una vez superado el desconcierto inicial del campeonato, tanto esolleric como el bonaerense han impuesto sus credenciales para hacerse fuertes en el once que más dividendos ha reportado y aunque han llegado a la cima por caminos muy diferentes, ambos coinciden en la explosividad de su fútbol y en su papel en el vestuario, que ha adquirido unas proporciones notables gracias a su contundente nivel de juego.

Tuni ha tenido que superar un tortuoso camino hasta asentarse en el primer equipo, pero una vez que lo ha conseguido sus prestaciones se han revalorizado. Tras probar de nuevo fortuna como lateral y volver a sus orígenes como delantero centro, Cúper no parece dispuesto a seguir trasladándole de un lado a otro y le ha ofrecido los galones en una de las orillas, algo que el de la Vall no quiere pasar alto: «Yo siempre había actuado como delantero y era la posición en la que me encontraba más cómodo, pero ya llevo un tiempo jugando en la izquierda y cada vez me siento más cómodo. Intento hacerlo lo mejor posible en cada partido y siempre hay días en los que las cosas te salen mejor que otros», apunta sobre su excelente estado de forma. «La constancia te debe dar resultados y eso es lo que estoy intentando».

Su compañero Jonás también circula por uno de los tramos más excitantes de su carrera. Aunque sólo acumula un par de meses en la pasarela del fútbol español, su extensa zancada se ha convertido en su mejor seña de identidad y los rivales tienden a activar las alarmas cada vez que se confirma su presencia sobre el terreno de juego. «La Liga es lo que esperaba y después de estar dos meses parado me ha venido bien jugar muchos partidos en poco tiempo», comenta. El Galgo afirma además que «soy consciente de que todavía tengo muchas cosas que mejorar, pero al igual que el equipo, espero seguir evolucionando a medida que avance el calendario y alcanzar el nivel que quiere el entrenador, que debe ser casi perfecto». Con respecto a las novedades que se ha encontrado en su adaptación a la Liga, al ex de Vélez le llama la atención que «los equipos salen a jugar de igual a igual, los partidos son una ida y vuelta constante y así como en Argentina hay equipos que salen a especular, aquí todo es diferente».

Tanto uno como otro valoran muy positivamente la reacción que ha experimentado el Mallorca en las últimas jornadas y coinciden en que los próximos compromisos serán determinantes para el futuro de los baleares. En esa dirección, Tuni destaca que «no me marco metas, pero si que soy consciente de que vienen tres partidos muy complicados ante tres adversarios en la lucha directa por la permanencia». El canterano añade que «sería importantísimo sumar y atar sobre todo los puntos de casa. Sería bueno para estar en la zona media de la tabla y buscar una tranquilidad que no tendrían ellos». Sobre esa misma cuestión, Jonás recuerda que «nuestros próximos oponentes son equipos que están sólo a tres puntos de nosotros y va a ser importantísimo sumar para despegar y llegar a la mitad de la clasificación, que es donde todos queremos estar».

El argentino trabajó a un ritmo inferior a finales de la semana pasada debido a una elongación en la parte superior del muslo derecho, aunque todo apunta a que seguirá formando parte del once inicial en Montjuic.