16 de 31 en tiros de dos; 9 de 20 en tiros de tres; 8 de 11 en
tiros libres; 35 rebotes, 11 ofensivos; 17 faltas cometidas y 18
recibidas.
TENERIFE BALONCESTO 56 (6+13+27+10): Lenzly
(3), Young (7), Tyler (12), Espil (17) y Garía (0) -cinco inicial-
Martin (0), García (2), Rivero (15) y Rodríguez (0).
13 de 37 en tiros de dos; 8 de 21 en tiros de tres; 6 de 7 en
tiros libres; 20 rebotes, 7 defensivos; 18 faltas cometidas y 17
recibidas.
Àrbitros: Uruñuela y Muñoz.Sin
eliminados.
Gustavo López
La solidez del Palma Aqua Mágica cuando juega en el Palau d'Esports
de Son Moix no ofrece lugar a dudas. Un veterano Tenerife claudicó
-y ya es el séptimo que lo hace este curso- ante el buen baloncesto
desplegado por los hombres que dirige Eloy Doce. Las diez victorias
que lucen en la clasificación le permiten seguir como colíder junto
al León Caja España, después del pinchazo del Drac Inca en Murcia.
El grupo palmesano sabe que el confort con el que se vive en el
piso más alto de la LEB no se vive en ningún otro y por eso dan el
máximo cada partido.
Además, el tropiezo de la pasada jornada en Tarragona quedó en
el olvido y fue el grupo tinerfeño quien pagó los platos rotos del
accidente en El Serrallo. Asimismo, el fichaje de un escolta
reclamado por el preparador asturiano quedará aparcado durante
algunos días, puesto que sus tiradores, heridos en su orgullo,
demostraron que no hace falta que venga nadie de fuera para
quitarles el sitio: desde más allá del 6,25 Juanma Ruiz hizo un 50%
(5 de 10), Pep Pacreu un 66% (2 de 3) y Vallmajó un 60% (1 de 2).
Números de ACB para killers del perímetro.
Desde el salto inicial ya se vio a un Palma mucho más motivado
en defensa y con mayor orden en ataque que en otras tardes. La
claridad de ideas comenzó desde atrás. El peligro de los canarios
tenía acento argentino. Juan Alberto Espil, que sólo anotó una
canasta en los dos primeros cuartos, no olió el balón gracias a la
agresiva defensa de Pacreu en unas ocasiones y de Juanma en otras.
Esta tarea se redondeaba con el buen cierre del rebote y del
acierto del pausado, pero eficaz ataque. Las rentas iban en aumento
para los locales, mientras que los visitantes se desesperaban por
sus malas selecciones de tiro provocadas por su rival. Seis puntos
en diez minutos hablan por sí solos.
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