No han sido fáciles los últimos años de la vida de Margalida
Fullana Riera (Sant Llorenç, 1972). La ciclista puede presumir del
mejor currículo que jamás una mujer haya firmado sobre dos ruedas,
y en la segunda juventud que nació tras los Juegos de Atenas, la
tetracampeona mundial se ha propuesto recuperar las sensaciones que
le llevaron a ser la reina del mountain bike en el cambio de siglo.
Y va por el buen camino.
En 2005 sólo le faltó el oro que España logró por equipos en el
Mundial. Antes, tuvo tiempo de demostrar en la Copa del Mundo que
sigue viva. E incluso de ser bronce en el Europeo, acompañando en
el podio a la mismísima corredora noruega Gunn Rita Dahle. Su
corona nacional sigue intacta y ahora se ha fijado como meta los
Juegos Olímpicos de Pekín'2008. Confiesa Marga que allí «me
gustaría retirarme, pero con una medalla si es posible». Aunque
deja una puerta abierta por si las cosas van bien.
Queda mucho y el día a día es su dedicación exclusiva. Inmersa
en el mercado a la caza de un equipo que le ofrezca la suficiente
cobertura como para correr las mangas americanas de la Copa del
Mundo, la Gacela no descarta crear su propia estructura y dar una
oportunidad a una promesa que pueda coger su testigo de cara al
futuro. Algo que se adivina complicado. Con Puigrós sancionada por
dopaje y Rovira en horas bajas, la bicicleta de montaña sólo tiene
un punto de referencia dentro de su mejor generación: Marga
Fullana.
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