El Real Mallorca y el Drac Inca cambiaron ayer su escenario
habitual. Dejaron de un lado los entrenamientos, los balones, el
césped o el partquet y el cansancio físico para generar sonrisas. Y
es que no fueron sus goles o sus canastas los que crearon ilusión,
fue su presencia en el Hospital Materno-Infantil de Son Dureta y en
la Asociación de Padres de Niños Oncológicos de Baleares (ASPANOB)
los que supusieron momentos felices para mucha gente y, sobre todo,
para los más pequeños.
El Drac Inca realizó su visita a Son Dureta por quinto año
consecutivo durante más de dos horas cargado de regalos para los
más jóvenes, que acogieron de muy buen agrado los presentes con lo
que la plantilla de Es Raiguer los agasajó. Bien es cierto que la
altura de los jugadores del conjunto mallorquín supusieron una gran
sorpresa para los chicos y chicas ingresados, pero agradecieron el
hecho de haber adelantado las fiestas de Navidad por unos días.
La plantilla del Real Mallorca y el cuerpo técnico también
cumplieron con su tradicional visita al Hospital Materno-Infantil
de Son Dureta y repartieron balones, equipaciones, ropa deportiva,
gorras, bufandas, camisetas, sudaderas... entre los cerca de
ochenta niños que pasan estos días ingresados.
Los hombres de Héctor Cúper se desplazaron posteriormente a la
sede de ASPANOB, donde también hubo reparto de obsequios de los
improvisados Papa Noel tanto a los padres como a los niños que
acudieron a una cita impregnada de emotividad.
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