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El potencial económico y social del Real Mallorca y su explotación al más alto nivel es una prioridad para la SAD balear a la hora de optimizar y abrir nueva vías de captación de recursos. El presidente y su consejo de administración han trazado una línea de actuación que tiene Son Moix como eje de acción. Vicenç Grande no puede eludir la posibilidad de seguir los pasos del Valencia, cuyo acuerdo con el consistorio de la capital del Turia le otorga al club ché una importante dosis de solvencia económica de cara al próximo lustro. A cambio, Mestalla pasa a manos municipales y el equipo a día de hoy dirigido por Quique Sánchez Flores dispondrá de un estadio a la altura de un club llamado a codearse con los grandes de Europa.

El paso por Valencia del Mallorca ha avivado la particular pugna de Grande y su equipo de trabajo por sacar adelante su proyecto estrella, pero también ha servido para reflexionar. Tanto a los dirigentes como a los propios jugadores y a Héctor Cúper. «No es desconcentración, es impotencia. Veo que los jugadores están implicados, creen en este proyecto y lo sienten como propio», comentó Grande, quien recordó que las diferencias entre Valencia y Mallorca se explican con sencillos datos «pues ellos tienen un defensor que les cuesta cuatro millones de euros anuales. Eso, el Mallorca no lo puede asimilar, pero si llevamos adelante nuestro proyecto, podremos conseguir los objetivos planteados, pero eso pasa por quedarse en Primera y plantear un futuro ambicioso».

La eliminación de la pista de atletismo de Son Moix y la edificación en los terrenos anexos al estadio mallorquinista de una torre, un edificio enseña deskyline palmesano, son las consignas básicas sobre las que rota el proyecto al que Grande le viene dando vueltas. Ahora, falta la implicación de Cort, que está abierto a estudiar todas las posibilidades que se le planteen, pero el precedente del Valencia ha hecho que el dirigente rojillo acelere el proceso. «Espero que el Mallorca tenga algún día un presupuesto de noventa millones de euros, y pueda disponer de una recalificación de terrenos, de una inyección de 600 millones de euros en cuatro años. Con ella, el Valencia está en condiciones de poder competir con el Barça y el Real Madrid», admitía el presidente del Real Mallorca en el aeropuerto de Manises, donde lanzó un nuevo y contundente mensaje al Ajuntament de Palma. «Nosotros también necesitamos generar más ingresos para dar un salto de calidad», añadía Grande, quien tiene en mente la edificación de un rascacielos que sea capaz de acumular todo tipo de actividades, desde oficinas hasta oferta de ocio de toda índole, todo en un edificio que se convertiría en uno de los puntos de referencia de la ciudad y del plan de futuro que Grande ha diseñado.

El presidente recordó que el Mallorca «busca vías de financiación de todo tipo, apurando nuestros recursos, y a día de hoy, en el campo son el míster y los jugadores».

La ampliación del aforo del estadio de Son Moix es otro de los objetivos que se ha fijado la SAD. Llegar más allá de las poco más de 23.000 localidades que comprenden el actual aforo no parece descabellado para los dirigentes mallorquinistas.