Okubo tira de una cuerda durante un reciente entrenamiento. Foto: MONSERRAT

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Con las plazas de descenso pisándole los talones, el Mallorca baja hoy la barrera de la primera vuelta del torneo con una cita de alto voltaje. Visita a un Zaragoza en estado de gracia, con cuatro triunfos en las cinco últimas jornadas, y que se ha especializado en degollar a entrenadores a su paso. El pasado domingo, su victoria en Mendizorroza le costó el cargo a Chuchi Cos. Y el miércoles empujó a Carlos Bianchi al precipicio...

Con esas premisas, el grupo de Cúper afronta la contienda con la intención de pasar página de lo sucedido en sus últimas citas y abrazar la victoria tras cuatro jornadas en el fango, un mes y medio de travesía por el desierto. Y es que desde su exhibición en Vitoria, el Mallorca parece haber encallado y ya divisa por el espejo retrovisor las matrículas de sus compañeros en la agonía (17.00 horas, La Romareda).

El Mallorca saltará a la arena con la intención de recuperar el terreno perdido en sus últimas actuaciones, calcar sus recientes visitas por La Romareda -suma dos triunfos consecutivos y Cúper siempre ha ganado aquí- y echar el candado del primer tramo del curso con los 20 puntos que vaticinó el técnico argentino para cerrar la primera travesía. Trepar hasta esa cota le permitiría al equipo isleño superar en seis puntos la trayectoria del curso pasado e igualar la marca establecida en la campaña 2001-02. Para los supersticiosos, un dato que no convoca a la esperanza.