Ataviado todavía con la ropa de entrenamiento, Héctor Cúper
recibe a este diario en su despacho de Son Bibiloni. Lacónico y
convincente, el gran apostol bermellón habla de fútbol. Sus ojos se
iluminan.
-¿Cómo está Cúper?
-Soy bastante orgulloso y creo mucho en lo que hago. Muchísimo. Lo
que necesito es que también crean los demás. Si no es así, tendré
que buscar alguna otra manera de convencer más al jugador de que lo
que está haciendo dará resultado. Esa es mi meta. Tengo que
autodesafiarme constantemente y autodesafiar a los jugadores, que
crean más en lo que hacen. Para ello hay que lograr buenos
resultados y equivocarse menos.
-Usted incide mucho en que el jugador tiene que estar
convencido en lo que hace. ¿Ha detectado que están bajando los
brazos?
-Cuando los resultados no llegan es lógico que se produzca un bajón
en la creencia. Por eso mi desafío es revertir la situación.
-Al equipo se le intuye cierta fragilidad anímica, ¿es
producto de los resultados o del propio carácter de los
futbolistas?
-No hay una sola cosa que influya. Si el problema sólo fuera el
carácter, sería más complicado porque es muy difícil cambiar la
personalidad de un jugador. Pero se debe a una serie de cosas, de
pequeñas cosas... Es como cuando encajas un gol. Tu miras un gol y
dices, el error fue de juancito. Sí, pero si se se equivoca
juancito, debe haber una estructura por detrás de él preparada para
mitigar ese error. Nuestro problema no es sólo la falta de
carácter, es un poco de todo...
-¿Echa en falta a algún futbolista de su primera etapa,
un tipo Engonga que transmita su personalidad al
equipo?
-Uff. No puedo entrar en comparación o en valorar si echo en falta
a éste o a aquel porque tengo que creer en lo que tengo ahí dentro
y ellos tienen que creer en mí. Y para eso, tengo que hacerlos
sentir importantes. Si yo empezara a comparar un jugador actual con
los de mi primera época... Aquello era diferente y tuvo su
explicación en su momento. Hoy ya han pasado un par de años y hay
otro tipo de jugadores. Evidentemente que no hay un Engonga, existe
pero con otra característica. No nos olvidemos que Engonga tenía
veintitantos años cuando yo vien acá. Y los que tenemos hoy,
carecen de esa experiencia, son más jóvenes. Pereyra es un jugador
joven, sólo tiene 24 años...No es todo igual.
-¿Qué le ha ocurrido al Mallorca en la primera vuelta
para acabar en posiciones de descenso?
-Nos han ocurrido cosas increíbles y el problema es que ciertos
errores que tenemos están trabajados. Todos nos hemos equivocado y
somos los responsables, aunque yo soy el máximo porque soy el jefe
de esto. Hay algunos errores que se le escapan al entrenador y que
asumen los jugadores. La clave es que no hemos podido entrar en una
dinámica positiva, enganchar un par de buenos resultados y mantener
esa regularidad. Durante un tramo parecía que asomábamos la cabeza,
pero en Valencia se truncó otra vez esa estructura psicológica. Es
una cuestión de dinámica y no hay una receta mágica para
solucionarlo. Lo más importante es que el jugador tiene que seguir
creyendo en lo que hace,característica. No nos olvidemos que
Engonga tenía veintitantos años cuando yo vien acá. Y los que
tenemos hoy, carecen de esa experiencia, son más jóvenes. Pereyra
es un jugador joven, sólo tiene 24 años...No es todo igual.
-¿Qué le ha ocurrido al Mallorca en la primera vuelta
para acabar en posiciones de descenso?
-Nos han ocurrido cosas increíbles y el problema es que ciertos
errores que tenemos están trabajados. Todos nos hemos equivocado y
somos los responsables, aunque yo soy el máximo porque soy el jefe
de esto. Hay algunos errores que se le escapan al entrenador y que
asumen los jugadores. La clave es que no hemos podido entrar en una
dinámica positiva, enganchar un par de buenos resultados y mantener
esa regularidad. Durante un tramo parecía que asomábamos la cabeza,
pero en Valencia se truncó otra vez esa estructura psicológica. Es
una cuestión de dinámica y no hay una receta mágica para
solucionarlo. Lo más importante es que el jugador tiene que seguir
creyendo en lo que hace,característica. No nos olvidemos que
Engonga tenía veintitantos años cuando yo vien acá. Y los que
tenemos hoy, carecen de esa experiencia, son más jóvenes. Pereyra
es un jugador joven, sólo tiene 24 años...No es todo igual.
-¿Qué le ha ocurrido al Mallorca en la primera vuelta
para acabar en posiciones de descenso?
-Nos han ocurrido cosas increíbles y el problema es que ciertos
errores que tenemos están trabajados. Todos nos hemos equivocado y
somos los responsables, aunque yo soy el máximo porque soy el jefe
de esto. Hay algunos errores que se le escapan al entrenador y que
asumen los jugadores. La clave es que no hemos podido entrar en una
dinámica positiva, enganchar un par de buenos resultados y mantener
esa regularidad. Durante un tramo parecía que asomábamos la cabeza,
pero en Valencia se truncó otra vez esa estructura psicológica. Es
una cuestión de dinámica y no hay una receta mágica para
solucionarlo. Lo más importante es que el jugador tiene que seguir
creyendo en lo que hace,característica. No nos olvidemos que
Engonga tenía veintitantos años cuando yo vien acá. Y los que
tenemos hoy, carecen de esa experiencia, son más jóvenes. Pereyra
es un jugador joven, sólo tiene 24 años...No es todo igual.
-¿Qué le ha ocurrido al Mallorca en la primera vuelta
para acabar en posiciones de descenso?
-Nos han ocurrido cosas increíbles y el problema es que ciertos
errores que tenemos están trabajados. Todos nos hemos equivocado y
somos los responsables, aunque yo soy el máximo porque soy el jefe
de esto. Hay algunos errores que se le escapan al entrenador y que
asumen los jugadores. La clave es que no hemos podido entrar en una
dinámica positiva, enganchar un par de buenos resultados y mantener
esa regularidad. Durante un tramo parecía que asomábamos la cabeza,
pero en Valencia se truncó otra vez esa estructura psicológica. Es
una cuestión de dinámica y no hay una receta mágica para
solucionarlo. Lo más importante es que el jugador tiene que seguir
creyendo en lo que hace,característica. No nos olvidemos que
Engonga tenía veintitantos años cuando yo vien acá. Y los que
tenemos hoy, carecen de esa experiencia, son más jóvenes. Pereyra
es un jugador joven, sólo tiene 24 años...No es todo igual.
-¿Qué le ha ocurrido al Mallorca en la primera vuelta
para acabar en posiciones de descenso?
-Nos han ocurrido cosas increíbles y el problema es que ciertos
errores que tenemos están trabajados. Todos nos hemos equivocado y
somos los responsables, aunque yo soy el máximo porque soy el jefe
de esto. Hay algunos errores que se le escapan al entrenador y que
asumen los jugadores. La clave es que no hemos podido entrar en una
dinámica positiva, enganchar un par de buenos resultados y mantener
esa regularidad. Durante un tramo parecía que asomábamos la cabeza,
pero en Valencia se truncó otra vez esa estructura psicológica. Es
una cuestión de dinámica y no hay una receta mágica para
solucionarlo. Lo más importante es que el jugador tiene que seguir
creyendo en lo que hace, aunque el resultado no sea bueno. Hay que
insistir, convencer y estimularlos más. Evidentemente todos hemos
cometidos errores y yo soy el que más, pero la situación no es tan
grave como fue el año pasado.
-¿Quién es el principal responsable de la situación: el
entrenador o los jugadores?
-Soy el máximo responsable y el que tiene que encontrar la
respuesta. No podemos buscar que la respuesta esté en el jugador.
El entrenador tiene que solucionar los problemas del equipo.
Evidentemente, tiene que haber mucho más convencimiento de lo que
se hace, creer más en lo que hacemos y que va a dar resultado.
Puede haber alguna modificación o algún cambio porque lo que
hicimos no alcanzó. Y hay que agregarle más. A mí el otro día, un
señor por la calle, me dijo: "Míster, tiene que dar más. Usted
tiene que dar más y el equipo también". Y tiene razón. Tengo que
dar más. Ese es mi desafío.
-¿A qué se refiere cuando dice que tiene que dar
más?
-Que tengo que solucionar los problemas que tiene el equipo. Los
tengo que solucionar. Si hay errores individuales, lo tengo que
solucionar; si hay un fallo individual y el equipo no lo resuelve,
lo tengo que solucionar...A favor mío es que trabajar, se
trabaja.
-¿Qué pueden aportar Pisculichi y José Nunes al
equipo?
-Nunes es un buen central y estoy contento con su fichaje. Es de
ese tipo de jugadores que juega en zona, que hace buena lectura de
la situación, es un futbolista muy interesante al que habrá que
darle como mínimo una semana para que conozco a sus compañeros. Lo
de Pisculichi es otro tema. Como dijo el presidente, es un fichaje
que se hizo porque la oportunidad se presentó ahora. A lo mejor no
era el fichaje que teníamos que hacer y eso hay que decirlo. Es un
refuerzo para mayo, pero lo vamos a aprovechar. Tiene 22 años y
tampoco le podemos decir que resuelva los problemas. Pero si está
bien, irá al campo.
-Ahora falta un delantero
-No es que no tengamos delanteros, pero nos está costando muchísimo
hacer goles, nos falta definición. No le puedo pedir a Víctor que
su rendimiento sea siempre excelente porque hay un desgaste lógico.
O al mismo Okubo. Si viene un delantero, nos vendrá muy bien porque
va a reforzar un poco más lo que tenemos.
-¿Qué perfil está buscando?
-Que nos meta goles (risas). Necesitamos alguien con un poco de
velocidad, contundencia dentro del área y con definición. Eso es lo
que estamos buscando. No es fácil y menos en enero, pero hay
algunas cositas... Otro problema es que hemos querido traer
jugadores, el presidente ha tenido la voluntad de fichar
futbolistas, pero muchos no han querido venir. Es la realidad.
-¿Qué opina del apoyo del presidente, que no se cansa de
repetir que su confianza en su trabajo es ilimitada?
-Eso tengo que agradecérselo porque lo ha repetido muchas veces.
Parece que cada quince días me tiene que ratificar en el cargo y
eso en Argentino no era buena señal, significaba que te quedaba
poco tiempo (bromea). No, en serio, me da más fuerza. Es mejor
tener apoyo que no tenerlo y le agradezco a Vicente Grande su
confianza.
-¿Usted no es un entrenador más para el Mallorca, es una
especie de símbolo...
-...Si no ya me hubieran matado... (risas)
-¿Le supone una presión mayor?
-Sí porque sé que la gente confía en que voy a sacar esto adelante.
Y yo también tengo confianza. Pero claro, si no logro ese objetivo,
defraudaré a mucha gente. Pero lo prefiero porque la presión es
buena y los recuerdos ayudan.
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