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A la segunda tampoco fue la vencida. La Copa Príncipe voló hacia Murcia y, nuevamente, dejó huérfano el trabajo realizado por el club inquer desde que milita en la liga LEB. Su novena temporada en la categoría de plata del básquet nacional comenzó como nadie hubiera pensado cuando se compró la plaza, ya que comparte el liderato con sus compañeros de viaje, Palma Aqua Mágica y León Caja España. Pero el destino le cerró la puerta. El último trago, el copero, ha sido el más doloroso de toda su historia. Los gualdinegros dejarán vacío el espacio que tenían reservado en sus vitrinas para la Copa.

Ahora, el plantel que dirige Manolo Hussein se podrá aferrar a las estadísticas, que cuentan que los vencedores de esta competición acaban ascendiendo a la liga ACB al final de temporada. Sólo hay dos excepciones, Melilla en 1999 y 2001 y CAI Zaragoza en 2004.

La final que se disputó en 1998 en Pineda de Mar y que enfrentó al Fuenlabrada y a aquel Gráficas García dirigido por Jaume Ventura ha pasado a la historia, como también lo ha hecho su resultado (91-75). El plantel mallorquín no ha conseguido deshacerse de aquel lastre y seguirá arrastrándolo como su peor pesadilla y en el futuro deberá pasar página a la final disputada en Palma que ganó al Polaris World Murcia.

Se da la circunstancia de que el cuadro de Es Raiguer accedió a la final que disputó en tierras catalanas en el 98 al vencer al Club Baloncesto Murcia, su rival de ayer, por 73-79. Entonces, el formato de la Copa era de cuartos de final, semifinal y final con ocho equipos y todavía se jugaba a dos partes de veinte minutos. En cuartos dejó en la cuneta al anfitrión, Viajes Aliguer, y posteriormente, la final fue una auténtica pesadilla protagonizada por dos hombres: Ferrán López (que anotó 22 puntos) y Velimir Perasovic (que sumó 26). Por el bando inquense destacó la aportación del americano James Thomas Adams con 20 puntos. Además, el único superviviente de las dos finales jugadas por el Inca, Berto Alzamora, aportó nueve puntos.

Por aquel entonces se tildó a la escuadra mallorquina de «intrusa» en un competición reservada a una clase muy elitista. A medida que han pasado los años, el club ha madurado en todos sus ámbitos, sobre todo tras el paso por la LEB2 el pasado curso.

Pero ahí no quedan las participaciones coperas del Bàsquet Inca, puesto que en la campaña 1999-2000, cuando Paco Olmos tenía el mando del vestuario inquense, llegó hasta las semifinales. Allí quedó apeado por el Ourense (49-61). Un día antes, el lunes 20 de diciembre del 99, el bloque gualdinegro se apuntó el derbi balear frente al Menorca Bàsquet (49-70). En la plantilla mallorquina destacaban dos hombres: el ruso Roman Rubchenko y el estadounidense Jeff Chambers.