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POLARIS WORLD MURCIA 89 (22+21+19+27): Juan Triguero (14), Javier Sánchez (2), Pedro Sala (6), Anagnostou (15), Sellers (4) -quinteto inicial-, Robles (18), Borja Larragán (14), Enrique Bárcenas (7) y Pedro Fernández (7).

23 de 36 en tiros de dos, 11 de 15 en lanzamientos triples y 8 de 12 en tiros libres. 27 rebotes (22 defensivos).

PALMA AQUA MÀGICA 62 (13+14+13+22): Xavi Vallmajó (2), Juanma Ruiz (2), Pedro Llompart (8), Robert Maras (7), Robert Battle (5) -quinteto inicial-, Shalawn Miller (13), Stevie Johson (9), Santi Toledo (3), Diamantopoulos (6), Raúl Mena (2) y Pacreu (5).

15 de 35 en tiros de dos, 3 de 14 en lanzamientos triples y 23 de 43 en tiros libres. 23 rebotes (11 defensivos).

ÀRBITROS: González Díaz y Souto Farto. No hubo eliminados.

Ignacio Cabrera|MURCIA
El Polaris World Murcia trasladó los festejos de la Copa Príncipe a la Liga y ayer borró de la pista al Palma Aqua Mágica, que agrava su síndrome como visitante demostrando que sigue aturdido tras el varapalo sufrido ante el Drac Inca en Son Moix. Los hombres de Manolo Hussein se mostraron muy superiores al conjunto mallorquín, que sólo aguantó la igualdad hasta el 11-11. A partir de ahí los locales explotaron lo mejor de su repertorio para completar una actuación muy inspirada que iba echando por tierra cualquier intento de reacción visitante.

El estreno del griego Diamantopoulos, que saltó a la pista en el segundo parcial, no impidió que los murcianos dominaran todos los aspectos del juego y presentaran al descanso unos porcentajes de tiro demoledores. Y es todos y cada uno de los jugadores del Polaris World Murcia que entraron en acción estuvieron a un gran nivel con mención especial para la actuación del MVP de la Copa, Juan Triguero, que le ganó la partida a Battle y compañía.

Tras el descanso apenas cambió la decoración. Doce cambió la defensa, pero las cosas fueron de mal en peor para los intereses de los isleños, que vieron como los locales les aplicaban un severo correctivo encestando desde cualquier posición y realizando una extraordinaria labor de destrucción. Sala y Anagnostou se unían al buen trabajo de Triguero para generar nuevas máximas casi en cada ataque.