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El Real Mallorca y la Federació de Penyes Mallorquinistes no han perdido el tiempo en buscar soluciones para que el equipo esté arropado en el encuentro del próximo domingo ante el Getafe (17.00 horas). Tanto club como peñistas tienen un solo objetivo: que las gradas del estadio de Son Moix presenten el mejor aspecto posible, aunque se juegue ante un rival que no es atractivo para el espectador. Para que la iniciativa de llenar el coliseo mallorquinista surta efecto, la entidad que preside Vicenç Grande ha adoptado la medida de regalar dos entradas a cada abonado, que podrán retirar en las oficinas del club bermellón.

El ser colista obliga a la plantilla a sumar todos los triunfos posibles en su terreno de juego, puesto que restan dieciseis jornadas de liga, de las que nueve pasan por el campo del Cami dels Reis, sobre todo si se piensa en los cuarenta y dos puntos que persigue la SAD balear para lograr la permanencia. Asimismo, el grupo que dirige Héctor Cúper sólo ha sumado dos victorias en casa y lleva tres meses sin saborear las mieles de un triunfo, por lo que sumar los tres puntos frente al bloque que dirige Bernardo Schuster se antoja providencial.

La intención es que la «marea rojilla» se vuelva a movilizar como ya sucediese la pasada temporada y dar al equipo el máximo aliento posible. De esta forma, la Federació de Penyes recomienda a los seguidores que vayan ataviados con una camiseta rojilla para dar colorido a las localidades de Son Moix. No será una movilización como ya sucediese el pasado 8 de enero en el encuentro frente al Real Betis, pero sí se pretende que se supere la afluencia de aquel encuentro, que fue de 15.648 espectadores.