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Aunque los focos apuntarán hoy hacia otros futbolistas, Sergio Ramos García (Sevilla, 1986) y José Carlos de Araujo Nunes (Castelo de Pavia, 1977) tendrán que interpretar un papel principal en sus respectivas formaciones. Pese a que representan dos puntos de vista distintos de la misma versión futbolística, son los culpables de la reconstrucción defensiva del Madrid y el Mallorca y se han erigido en los nuevos jefes de la zaga, los referente del área. Además, los dos presentan una batería de coincidencias en sus tarjetas de presentación. Se incorporaron a sus respectivos proyectos cuando ya se había alzado el telón de la temporada -uno lo hizo tras la primera jornada y otro en enero-, sus clubes realizaron un gran esfuerzo ecónomico para hacerse con sus servicios y se han hecho imprescindibles en el esquema de sus técnicos. En cualquier caso, es ahora cuando uno y otro deberán acreditar su capacidad de liderazgo, ya que la temporada camina hacia su desenlace y quedan aún muchos puntos por aclarar.

El Real Madrid reventó el mercado futbolístico el pasado verano para contratar a Sergio Ramos y poner fin a los problemas defensivos que acusaba desde hacía varias temporadas. El club merengue traspasó a Michael Owen al Newcastle y poco después abonó los 27 millones de euros de la claúsula del central para comprar su libertad justo antes de que se cerrara el primer plazo de inscripción de futbolistas. La entidad madridista le entregó el dorsal número 4 y le señaló rapida- mente como el heredero de Fernando Hierro en el eje de la línea de cobertura, un hecho que favoreció su rápida integración en un grupo que en el nacimiento del curso parecía fracturado.

El andaluz debutó a la semana siguiente (10 de septiembre de 2005) frente al Celta de Vigo con 45 minutos de juego y sólo siete más tarde se incrustaba en el once tipo madridista, del que no se ha movido hasta el momento. De hecho, es el cuarto jugador que ha más minutos ha jugado y sólo un defensa, Roberto Carlos, mejora sus números globales. Rápido, seguro en el corte y con un gran dominio del juego aéreo, el sevillano se ha destapado además como un jugador muy resolutivo en momentos puntuales, ya que en poco más de media temporada ha superado todos los registros anotadores que había firmado en el Sánchez Pizjuán. El internacional es, a sus 19 años, uno de los jugadores con más futuro de todo el fútbol europeo y una de las grandes esperanzas del madridismo, que con su llegada ha recuperado parte del carácter que había perdido a lo largo del último lustro.