TW
0

F.Fernández
Como cada cinco de marzo, el mallorquinismo está de enhorabuena. Pero en especial adquieren una relevancia notable las raíces del actual Real Mallorca. En esta ocasión, el noventa aniversario de la fundación de la Real Sociedad Alfonso XIII, y en consecuencia de la entidad balear, fue la excusa perfecta para reunir a buena parte de la historia de un club que sigue acumulando años de vida e inicia la cuenta atrás hacia su centenario. La Hermandad de Alfonsinos, con la colaboración del Real Mallorca, La Fundació, la Federació de Penyes y la Asociación de Ex Jugadores, dispuso un programa de actos que tenían como meta celebrar una fecha señalada.

La Iglesia de las Teresas fue escenario de la tradicional misa en sufragio por todos los Alfonsinos y mallorquinistas fallecidos. Acto seguido, el restaurante Es Molí des Comte albergó la asamblea anual de la Hermandad y la entrega del Trofeo Grupo Oliver a Juan Carlos Pasamontes, autor del libro «Real Sociedad Alfonso XIII, 1916-1931. La cara oculta del Mallorca», obra del periodista madrileño y redactor de El Periódico de Cataluña. Guillermo Oliver le hizo entrega del galardón, dando paso a uno de los momentos más emotivos del día.

Los artífices del primer ascenso del Mallorca a la máxima categoría del fútbol español, en el año 1960, recibieron una medalla conmemorativa. Los Jaime Arqué, Àngel Cobo, José Czoka, Àngel Gómez «Bolao», Joan Forteza, Diego Llopis, Julià Mir y Antonio Oviedo coparon las miradas. No en vano, son historia viva del Real Mallorca y casi medio siglo después de consumar esa gesta, vieron recompensado su esfuerzo en manos del que era por entonces su presidente, Jaume Rosselló, visiblemente emocionado en todo momento.