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Los campos de Tercera División se han convertido en un escenario poco atractivo para los aficionados al fútbol, que paulatinamente van despoblando unas gradas que antaño se acostumbraron a contar pocas calvas. La televisión, los precios, los horarios, el nivel... son muchos los argumentos que marcan un análisis que invita al pesimismo.

El fenómeno de la menor afluencia de público en los campos de Tercera y Preferente ha ido a más en las últimas temporadas, en las que el pago por visión en las plataformas digitales ha agudizado la crisis. La posibilidad de ver desde el sofá de casa el mejor fútbol del Viejo Continente ha frenado la asistencia de los seguidores al fútbol regional, aunque cabe resaltar que los clubes tanto de Menorca como de Eivissa han conseguido retener a sus sufridas parroquias.

El precio de un encuentro en la taquilla de televisión no difiere en exceso del que está colgado en las entradas de los campos. Ver un partido de la máxima categoría del fútbol balear cuesta entre 10 y 12 euros, lo mismo que un partido en pago por visión o la cena en algún local autorizado. El coste más o menos elevado frena, pero no es decisivo.