Los pilotos de la cilindrada de 250 centímetros cúbicos posan para la foto oficial de la temporada en la línea de meta del Circuito de Jerez.

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Si pocos dudan de que Valentino Rossi está llamado a seguir siendo el rey del medio litro, con Jorge Lorenzo existe quorum. Nadie es capaz de afirmar que a estas alturas, el piloto mallorquín es el gran favorito de cara a ser campeón del mundo en los 250 centímetros cúbicos. Hoy mismo se abre la veda, pero será el domingo y sobre el trazado de Jerez, una vez más punto de arranque del Mundial, cuando se vea el primer pulso por la gloria sobre las dos ruedas. Los tiempos de pretemporada y sus exhibiciones en los IRTA son algunas de las cartas que Giorgio pone sobre la mesa.

le falta máquina este año. El salto de calidad experimentado salta a la vista y su acoplamiento a la Aprilia RSW 250 es total. Si a todo esto se une su peculiar estilo de pilotar, los seis podios del pasado año -el de su debut en el cuarto de litro-, y su progresión a lo largo de los últimos Grandes Premios, el resultado de la fórmula es evidente. Más cuando Dani Pedrosa, Casey Stoner y Randy de Puniet ya no son amenazas presentes en el horizonte. Su salto a MotoGP da el relevo a la generación de los Lorenzo, Barberá, Dovizioso, De Angelis y compañía.

En un terreno vedado por Aprilia, la casa de Noale no dejará escapar el título que Pedrosa y Honda hicieron suyo a lo largo de las dos últimas campañas (2004 y 2005). Luigi Mercanti y Giampiero Sacchi señalaron a Lorenzo como objetivo y Dani Amatriaín no dudó en aceptar un apetitoso ofrecimiento. El idilio entre Jorge y la firma italiana viene de lejos. A lomos de una Aprilia cosechó sus primeros éxitos, y otra marca del Grupo Piaggio, Derbi, le dio la alternativa en el Mundial. Fue en Jerez, donde deberá demostrar que los pronósticos y el trabajo de pretemporada han servido de algo.