ESPAÑA (20+23+23+21): Calderón (12), Navarro (8), Jiménez (2), Pau Gasol (19), Garbajosa (6) -cinco inicial-, Fernández (17), Marc Gasol (9), Mumbrú (8), Sergio Rodríguez (2), Berni Rodríguez (-) y Cabezas (3).
SERBIA (10+21+21+23): Avdalovic (-), Rakocevic (11), Jorovic (5), Nikolic (2), Milicic (18) -cinco inicial-, Popovic (10), Raicevic (9), Marinovic (15), Ilic (2) y Tripkovic (3).
Arbitros: Rush (USA), Homsy (CAN) y Vasquez (PUR).
Incidencias: encuentro correspondiente a los octavos de final del Mundial 2006 disputado en el Saitama Super Arena ante unos 9.000 espectadores. Felipe Reyes fue descartado para el partido por la lesión que sufre entre una costilla y una vértebra a la altura media de la espalda.
Jorge Muñoa|SAITAMA
España sacó del Mundial al equipo que defendía el título, Serbia y Montenegro, campeona en Indianápolis, y ahora una de las tres selecciones europeas eliminadas en la primera jornada de octavos de final, todas ellas a manos de rivales que son vecinos continentales. La entrada en el cruce hispano-serbio apuntó dos mentalizaciones dispares. España salió a hacer lo suyo, confiada en el juego que le ha traído hasta aquí. Repleta de fe en si misma. Los serbo-montenegrinos pensando que el papel de víctima asumido en la víspera les iba a permitir sorprender a un adversario relajado o sumido en la complacencia.
La estrategia dialéctica quedó en eso, en meras palabras. El equipo de José Vicente Hernández entró enchufado. Del primero al último. Amagó Pau Gasol con un dos más uno y un tapón de lujo, pero fue José Manuel Calderón quien abrió hueco en el marcador nada más salir. Ninguna otra eliminatoria había estado tan meridianamente clara desde el salto inicial. El base de Toronto anotó ocho puntos en seis minutos. El banquillo «plavi» ya había solicitado un tiempo muerto (9-2 m.4) para buscar la manera de entrar en juego. No podían. Entre Calderón y Pau les tenían en vilo en ataque. Delante del aro español tampoco veían el camino. España era superior.
Sólo Calderón sumaba tantos puntos como toda Serbia al final del primer cuarto (20-10). Esta España juega con los cinco sentidos y un corazón de hierro. Rudy Fernández rompió la barrera psicológica de los diez puntos a través de un triple según arrancaba el segundo corte (23-10). Marc Gasol puso la brecha en quince a continuación (29-14). La rotación española, entre tanto, seguía el mismo curso que en noches previas. La selección sabe a lo que juega. En la primera fase, en octavos o en lo que haga falta. Muere con sus ideas. Le va bien así. Tan bien como para doblar a los serbo-montenegrinos en periodo y medio (30-14 m.14). Tan bien como para que a un equipo de calidad individual y oficio contrastados le costara un mundo, nunca mejor dicho, ver aro.
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