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Tolo Jaume
El último grande de la temporada, el US Open, entra hoy en escena en Flushing Meadows con todos los focos sobre Roger Federer y Rafael Nadal, que entrarán mañana en acción. Los jugadores que monopolizan el planeta tenis se adentran en la cita neoyorquina empeñados en revivir una final de alto voltaje y muchos quilates. Sin embargo, al mallorquín y al suizo les espera por el camino una nutrida nómina de aspirantes, entre las que cabe resaltar la figura de Andre Agassi, que se despedirá ante su público después de dos décadas como profesional. El flamante campeón del Masters Series de Cincinnati, Andy Roddick, será uno de los rivales a batir junto a especialistas como el croata Ivan Ljubicic o el estadounidense James Blake, que aguardarán su oportunidad del mismo modo que el australiano Lleyton Hewitt o el chipriota Marcos Baghdatis sin olvidar al siempre combativo David Nalabandian.

El número uno del mundo, Roger Federer, que cuenta con nueve gandes en su brillante palmarés, pretende prolongar su hegemonía en la Gran Manzana, donde ha sido el vencedor en las dos últimas ediciones, pero Rafael Nadal quiere recuperar el nivel que le llevó a disputar las finales de Roland Garros y Wimbledon para poner en jaque la supremacía del jugador suizo, que brilló en Canadá y acusó el cansancio en Ohio con la vista puesta en Nueva York. Las últimas salidas a pista del tenista mallorquín sembraron algunas dudas en los Masters Series de Toronto y Cincinnati, pero ha acelerado su puesta a punto a lo largo de la última semana para presentar batalla en un US Open que encara con la intención de recuperar su mejor versión. La ilusión por avanzar en una cita que se le ha resistido es el mejor acicate en un torneo que se disputa sobre una superficie en la que ya ha demostrado que puede estar al nivel de los especialistas. No en vano conquistó los torneos de Doha y Madrid, unos resultados que dejan al descubierto las condiciones que atesora Nadal.

La mejor participación del mallorquín en Flushing Meadows se remonta al pasado ejercicio, cuando cayó en tercera ronda ante el estadounidense James Blake. No obstante, el presente año le presenta un horizonte ciertamente despejado para alcanzar la segunda semana de competición. El primer adversario del bicampeón de la Copa de los Mosqueteros en tierras estadounidenses será el australiano Mark Philippoussis, cuyo poderoso servicio se perfila como principal argumento para poner en duda la superioridad del mallorquín, que nunca se ha enfrentado a un jugador aussie que atraviesa el tramo final de su dilatada carrera.