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Los consejeros del Real Mallorca y la plantilla del primer equipo se reunieron ayer a manteles en la tradicional comida que el club organiza cada año a estas alturas de la temporada. En esta ocasión, el lugar escogido para el encuentro fue la terraza del Restaurante Nàutic, situado en el corazón del Real Club Náutico de Palma, donde poco antes había tenido lugar la reunión ordinaria del consejo de administración. Los comensales disfrutaron de una agradable jornada y aprovecharon el acto para celebrar el vital triunfo conseguido ante el Espanyol el pasado domingo en el ONO Estadi y para conjurarse de cara a futuros compromisos.

El equipo vivió ayer la resaca más dulce en lo que llevamos de campeonato. Después de reponer fuerzas durante el lunes, jugadores y técnicos volvieron a la carga en la ciudad deportiva de Son Bibiloni, donde estaban citados a primera hora de la mañana para empezar a preparar el partido del próximo fin de semana ante el Villarreal. Todos ellos participaron en una suave de sesión de trabajo que culminó con un partido ante los juveniles del club y que sirvió para que los que más minutos jugaron el domingo volvieran a estirar los músculos.

Poco después del entrenamiento Manzano y los suyos estaban citados en el ONO Estadi para poner rumbo al Club Náutico, donde les esperaban ya Grande y el resto de consejeros para iniciar el almuerzo. El máximo accionista presidió la mesa principal y junto a él se ubicaron el vicepresidente, Miquel Vaquer, el técnico, Gregorio Manzano y el capitán del plantel rojillo, Tuni Adrover, que estrenó oficialmente el brazalete en un acto de estas características. La comida sirvió también para estrechar los lazos entre los futbolistas y para que las nuevas incorporaciones conocieran de primera mano las intenciones del consejo. Los últimos en llegar al club también debutaron en este tipo de encuentros. Ibagaza estuvo junto a sus compatriotas y Tristán se refugió en uno de los extremos de la mesa junto a Héctor. La nota curiosa la puso Ramis, que lucía un trozo de esparadrapo en una de sus cejas después de recibir un encontronazo durante el entrenamiento.