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Amador Pons|SHANGHAI
El suizo doblega con claridad a Ljubicic y el argentino gana a Roddick en un partido marcado por la emotividad Roger Federer y David Nalbandián se clasificaron ayer para las semifinales de la Copa Masters tras doblegar a Ivan Ljubicic (7-6 y 6-4) y Andy Roddick (6-2 y 7-6). El jugador suizo y el argentino consiguen meterse por segundo año consecutivo en la penúltima ronda del torneo de maestros, aunque la situación emocional de ambos es muy distinta. El número uno del mundo, que será el rival de Nadal si hoy doblega a Davydenko, está con la moral por las nubes después de ganar sus tres partidos en el grupo rojo, mientras que el cordobés afronta el futuro marcado por la muerte de su ahijado el pasado martes.

Roger Federer sigue mostrándose intratable. Esta temporada ha batido el récord de puntos de la historia en la Carrera de Campeones y sólo ha perdido cinco partidos (cuatro ante Nadal y uno ante Murray). Ha jugado la final en 15 de los 16 torneos previos a la Copa Masters y lleva sumados 11 títulos. Tiene tanta confianza que parece imposible doblegarle. En el grupo rojo, ha salvado dos partidos con una fortalece impresionante. Ganó en su estreno a David Nalbandián en una repetición de la final del año pasado que se adjudicó el argentino, y se impuso en el segundo partido a Andy Roddick después de salvar tres pelotas de partido. Ayer, con Ivan Ljubicic jugándose la clasificación logró un nuevo triunfo, esta vez con mayor claridad.

Estas tres victorias le han permitido clasificarse como número uno del grupo, lo que hará que se enfrente con Rafael Nadal en semifinales si el mayor consigue doblegar hoy a Nikolay Davydenko. El otro semifinalista es David Nalbandián, que ayer se impuso a Andy Roddick con más facilidad de las previstas a pesar de que el argentino estuvo a punto de dejar escapar el segundo set tras no saber cerrar un 5-4 y saque. Pese a todo pudo vencer en el tie break. Pase lo que pase en el Nadal-Davydenko el rival de Nalbandián en semifinales será James Blake, lo que deparará un duelo de cañoneros al resto. Se trata de dos de los jugadores que mejor devuelven el servicio de sus rivales, lo que provocará mucha presión en el saque y puntos espectaculares.