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El Club Palma Kalandrakas de fútbol sala cortó ayer la calle principal de Son Cladera como protesta al haberse quedado sin instalación donde poder jugar. Los tres equipos de la institución utilizaban la pista del colegio público Miguel Porcel y cuando llegaron para entrenar se encontraron que les había cambiado la cerradura. Ahora exigen al Ajuntament poder volver a utilizar la cancha o la construcción de un pabellón en la barriada. Un acuerdo entre el Ajuntament de Palma y la dirección del colegio público Miguel Porcel había permitido que el Palma Kalandrakas utilizara la pista del centro para que sus tres equipos entrenaran y disputaran los partidos de fútbol sala. Pero meses atrás, aparecieron pintadas en el colegio y la directora lo denunció al Consistorio. También hubo problemas con un cuadro de luces y el centro volvió a mostrar su malestar a Cort.

El mes pasado el Ajuntament informó al club de que esos incidentes les habían llevado a tomar la decisión de no seguir cediendo la pista, aunque paralelamente, el Palma Kalandrakas ya había solucionado los problemas con el colegio. Ayer le remitieron una carta al Consistorio explicando que habían pintado las paredes y arreglado el cuadro de luces, pero cuando trataron de entrar al colegio se encontraron que habían cambiado la llave de la puerta por la que solían acceder.

Al no tener dónde entrenar, decidieron cortar la calle principal y montar una improvisada pista de fútbol sala. La policia no tardó en acudir y reestablecer el tráfico. Ahora los responsables del club piden al Ajuntament que les vuelvan a autorizar a jugar en el colegio o que construyan un pabellón en Son Cladera, ya que no hay ninguna instalación en la barriada. El Club Palma Kalandrakas cuenta con tres equipos y con cerca de treinta chicos federados.