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Tolo Jaume
El ámbito competitivo de la vela balear lleva tiempo atrapado en una extraña encalmada. La tormenta que sacudió a la federación y otros elementos parecen empeñados en hacer zozobrar a un deporte que mira con orgullo sus éxitos pasados y con cierta preocupación un horizonte nublado. En 1991 el 50% del equipo preolímpico que iba a representar a España en los Juegos Olímpicos de Barcelona'92 era de Balears.

En 2007 sólo una regatista isleña parece contar con opciones de estar en Pekín en 2008. De quince aspirantes a estar en la cita olímpica a sólo una en un periodo de quince años que genera una sensación de declive. Atrás ha quedado la brillante década de los noventa con los oros mundiales en clases olímpicas de Jordi Calafat, Pepote Ballester, Nuria Bover o los innumerables podios alcanzados en los Campeonatos del Mundo y Europeos de la mano de nombres propios como el menorquín Fernando Rita, el ibicenco Asier Fernández, Jaume Tous, Kico Villalonga y un largo etcétera que elevó la vela del archipiélago hasta las cotas más altas.

Balears era una referencia en el mundo después de haber forjado su leyenda con protagonistas como Tomás Estela, el primer mallorquín campeón del mundo de vela en 1972. En los ochenta empezó a ganarse la envidia de un deporte que disfrutó de una generación privilegiada que culminaría su progresión colgándose el oro olímpico con Jordi Calafat en Barcelona en 1992 y Pepote Ballester en Atlanta en 1996. Ballester ha sido el último olímpico balear en Sydney'00 y Marina Gallego la última isleña en alcanzar el podio de un Europeo de clase olímpica.