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Después de una victoria balsámica como la del domingo ante el Levante, el Mallorca mira de nuevo a los ojos de su futuro. El grupo de Manzano visita a la Real Sociedad con la autoestima reforzada, dispuesto a extender su racha victoriosa y a sumar sus primeros puntos a domicilio de la segunda parte del torneo.

Ganar en cancha del colista, de un equipo descosido que sólo suma dos triunfos en el campeonato, se antoja un trámite obligado para un conjunto que quiere instalarse definitivamente en la rampa de la salvación. A pesar de la endeblez realista, desde el vestuario han salido voces cargadas de prudencia porque si la Real quiere mantenerse con vida está obligada a capturar hoy la victoria en un estadio que ha respondido a la llamada de auxilio de la entidad y se llenará hasta la bandera (17.00 horas, Anoeta).

La goleada ante el Levante descubrió a un Mallorca con nuevos recursos. Los goles no son ya exclusividad de Jankovic. Víctor Casadesús ha aparecido en escena como actor principal y se ha destapado como el mejor delantero. Víctor es un tipo que no se arruga. No tiene la velocidad de Etoo ni la magia de Ronaldinho, pero lucha a brazo partido con cualquier defensa y también sabe rebañar esos balones sin dueño. Y el tercer goleador del domingo, Juan Arango, afronta el envite después de una semana en la que ha acaparado todos los focos.