Juan Arango lamenta un error durante el partido disputado ayer en Anoeta. Foto: FÉLIX ORDÓÑEZ

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El Mallorca desperdició una ocasión única para apuntillar a un rival directo y dar un paso de gigante en su lucha por la salvación. El grupo de Manzano filmó los peores minutos del campeonato y claudicó ante la ilusión de una Real Sociedad que sigue enchufada a la Liga. Incapaz de imponerse al colista, que inclusó marcó un gol pese a jugar en inferioridad en los últimos veinte minutos, el bloque balear sigue empeñado en jugar con fuego y mantener la incertidumbre hasta los últimos capítulos del torneo (3-1).

Ante la Real Sociedad, el equipo superó sus peores prestaciones. Faltó intensidad y sobró soberbia; en lugar de coraje, el Mallorca propuso un duelo desde la suficiencia. Olvidó las virtudes de hace siete días y se dejó llevar por su inercia foránea. No en vano, ha perdido en sus cuatro últimas salidas...

El Mallorca presentó una defensa inédita. Las bajas de Nunes y Navarro le otorgaron el protagonismo a dos suplentes y el colista provocó varios descosidos en la zaga. En especial por la banda de Dorado, que a los siete minutos ya tenía una tarjeta y se retiró una hora después con la sensación de no haber aprovechado su primer partido como titular.