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Lorenzo Martínez|MILAN
Apenas once meses después del temor a ser descendido a la Segunda división, o cuando menos apartado de cualquier competición europea, por estar presuntamente implicado en un caso de fraude deportivo, el Milán se ha convertido en el nuevo rey de Europa, tras la conquista anoche de la Liga de Campeones.

Once meses de una temporada nacida entre las dudas, pero en la que el equipo a partir de enero creció como nadie esperaba y llegó anoche a su momento más culminante, a la consecución del título de clubes más prestigioso en Europa y por el que todos suspiran, tanto en lo deportivo como en lo económico. Y es que se estima que al Milán la Copa le mete en sus arcas unos 65,76 millones de euros.

Hace once meses, en junio, nadie podían imaginarlo; es más, en el inicio del proceso deportivo seguido en Italia y denominado coloquialmente como «calciopolis» (fraude deportivo en el «calcio») o «Moggiopolis» (por el nombre de Luciano Moggi, ex dirigente del Juventus Turín), todo apuntaba a que el Milán podría ser descendido a la Segunda división. Algo que finalmente sólo sucedió con el club turinés.