Los jugadores del Sevilla festejan el único tanto del encuentro.

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Sevilla 1
Getafe 0

SEVILLA: Palop (**), Dani Alves (**), Javi Navarro (**), Dragutinovic (**), Escudé (**), Poulsen (**), Renato (**), Jesús Navas (**), Puerta (**), Luis Fabiano (**) y Kanouté (**).
Cambios:Kerzhakov (*) por Luis Fabiano, Martí (*)por Renato y Duda (*) por Puerta.

GETAFE: Luis García (**), Contra (*), Belenguer (**), Pulido (**), Paredes (**), Celestini (*), Casquero (**), Cotelo (***), Nacho (**), Manu del Moral (**) y Güiza (**).
Cambios: Vivar Dorado (*) por Nacho, Pachón (*)por Contra y Maris (*) por Manu del Moral.

Àrbitro: Rodríguez Santiago (*). Discreto. Mostró cartulina amarilla a Renato, Contra, Paredes, Belenguer, Celestini, Casquero, Duda, Nacho y Güiza. Expulsó de manera directa a Kanouté y mostró tarjeta roja a Celestini y Contra.

Efe|MADRID

El Sevilla demostró que quiere ser grande y cumplió con la lógica en un Bernabéu que coronó a los hispalenses como campeones de la Copa del Rey, su tercer título del curso. Un tanto de Kanouté sirvió para tumbar a un Getafe combativo, pero sin definición en ataque y al que la tensión de la final pasó factura.

Los nervios atenazaron al Getafe en los primeros compases. La falta de experiencia en partidos de este calado, y el rodaje de su rival, pasaron factura demasiado pronto. Fue el Sevilla el que mandó en un arranque marcado por la enorme tensión. Echando balones a la banda y con disparos lejanos, el cuadro de Juande Ramos quería marcar las distancias respecto a su oponente, que derrochaba ilusión en su primera irrupción en la final de la Copa del Rey.

Tanta que Güiza dispuso de la primera gran ocasión del encuentro. El delantero gaditano se plantó solo ante Palop, quien mostró un enorme temple y en el uno contra uno se impuso al ariete, que regaló una oportunidad de oro para que los de Schuster adquirieran ventaja habiéndose jugado apenas seis minutos.

Perdonó el Getafe en su primera aproximación seria, pero no lo hizo el Sevilla. Un fallo estrepitoso de los centrales del cuadro madrileño habilitó a Kanouté para firmar una jugada calcada a la anterior, pero con diferentes protagonistas. Ahora, el desenlace iba a ser diferente, pues Kanouté resolvió con maestría para abrir el marcador y dejar claro que no iban a desaprovechar cualquier ocasión que se les presentase. El Sevilla daba un paso de gigante con diez minutos de juego disputados y al Getafe se le ponía cuesta arriba la consecución de su primer título oficial.