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Efe|MADRID
El Real Madrid será principal protagonista al término del partido de hoy, cuarto de la final, bien por haberse hecho con el título, o por tener encima toda la presión tras verse abocado a un decisivo quinto encuentro tras desaprovechar un 2-0 que parecía definitivo.

El papel del Winterthur Barcelona es mucho menos enrevesado, ya que como reconoce su capitán, Rodrigo de la Fuente, no le queda otra más que ganar.

Salvo sorpresa inesperada, todas las armas están ya sobre la mesa y la única duda es saber que tipo de duelo escogerán Dusko Ivanovic y Joan Plaza.

A Ivanovic pocas cosas le han funcionado por el momento, apenas la demostración en el partido del viernes de que se puede parar a Felipe Reyes, aunque tuvo que desplegar todo tipo de recursos para conseguirlo, incluida la presencia simultánea sobre la pista de Denis Marconato y Mario Kasun.

El técnico montenegrino, de todos modos, tiene munición de gran calibre reservada, ya que el Juan Carlos Navarro de NBA que ha aparecido en numerosas ocasiones a lo largo de la temporada todavía no lo ha hecho con todo su esplendor en esta final.

El técnico Joan Plaza en cambio, no se ha guardado un solo as en la manga y ya ha dejado claro que lo suyo es descargar la responsabilidad en Felipe Reyes, como alternativa en Louis Bullock y, sobre todo, plantar en defensa una zona que al Winterthur Barcelona se le atraganta hasta límites inverosímiles.

Los barcelonistas salieron a por todas en el tercer partido y encadenaron de salida un parcial de 15-0, pero el Real Madrid le dio la vuelta el marcador gracias a esa táctica defensiva ante la que los azulgrana se estrellaron una y otra vez.

El equipo de Dusko Ivanovic, como ha sucedido a lo largo de toda la temporada, es incapaz de sacarle provecho a sus pívots y limita todo su recurso contra la zona a los lanzamientos de tres puntos.

Joan Plaza ha analizado al rival y sabe de ese problema, así que sus jugadores están muy atentos para evitar tiros fáciles del rival y convierten esa defensa zonal en un drama para el Winterthur Barcelona.

Otra de las claves en el tercer partido fue el apoyo del Palau Blaugrana, que llevó al equipo en volandas en el arranque del encuentro.