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Ariel Ibagaza quiere volver a la primera línea del fútbol español. El centrocampista argentino del Real Mallorca está más motivado que nunca de cara al inminente comienzo de curso y parece dispuesto a cargar con el peso del equipo desde la primera función de la temporada. El Caño ya anunció durante el stage de Kössen que se ve capacitado para ejercer como el líder del grupo en su regreso a los escenarios y lo demuestra a diario en los entrenamientos que lleva a cabo el conjunto de Manzano en la ciudad deportiva de Son Bibiloni. El mediapunta no sólo presume de recursos, sino que aprovecha todas las situaciones que le plantea el técnico para recordar que tiene mucho que ofrecerle a la actual plantilla. Manda, ordena, dirige y, sobre todo, se divierte. Puro espectáculo.

El regreso de Ibagaza a las filas baleares ha seguido un proceso ascendente que debería seguir ampliándose a lo largo de los próximos meses. El jugador fue reclutado el pasado verano después de que el Atlético de Madrid le cerrara las puertas del Vicente Calderón y su llegada a la caseta del ONO Estadi fue toda una bendición para el colectivo rojillo, que añoraba su carisma para recuperar la autoestima. En un principio le costó adaptarse a las exigencias y objetivos del equipo, pero poco a poco fue asumiendo un rol preferencial y su juego explotó cuando el campeonato dobló la esquina. Sacó al Mallorca del atasco en el tramo más comprometido del ejercicio y sus botas se convirtieron en el punto de apoyo más fiable de sus compañeros. El club, que lo había contratado por una campaña para comprobar cómo le había afectado su salida del Manzanares, destacó rápidamente su nombre en la carpeta de la dirección deportiva y le ofreció la continuidad. Muchos dudaron entonces de cuál sería su grado de compromiso una vez asegurada la renovación y apuntaron incluso hacia un posible bajón de su rendimiento. De momento, está por ver cuál será su respuesta en los primeros partidos oficiales, pero lo que parece claro es que no va a esconderse. Más bien todo lo contrario.

A medida que se acerca la hora de la salida, Ibagaza se va creciendo. Ayer fue uno de los futbolistas más destacados de la última sesión de la semana en Palma (el equipo se ejercitará esta tarde en Elche y ya no trabajará en Ciutat hasta el lunes) y suministró asistencias de todo tipo a los atacantes en las jugadas en las que Manzano intentaba afilar el cuchillo. Da la sensación de que si las lesiones le respetan, el argentino será una de las grandes atracciones del cuadro bermellón y uno de los grandes reclamos para la hinchada de Son Moix, con la que se hermanó hace ya mucho tiempo.