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Efe|WASHINGTON
El escándalo del dopaje adquirió ayer otra dimensión más dramática cuando el Washington Post informó de que la corredora estadounidense Marion Jones admitió en carta a sus familiares y amigos que se había dopado antes de llegar a los Juegos Olímpicos de Sydney 2000. Jones, que ganó tres medallas de oro en la competición olímpica, asegura en la carta que utilizó el llamado esteroide sintético the clear.

La persona que le suministró los esteroides fue su entrenador Trevor Graham, quien le dijo, siempre de acuerdo al informe periodístico, que se obtiene de un aceite de linaza. Sin embargo, the clear es un esteroide sintético desarrollado por los ex laboratorios BALCO de San Francisco y que fue descubierto después de que la autoridades federales comenzasen una investigación que todavía está abierta y que llevó a sus máximos directivos a la cárcel.

Hasta ahora, Jones había negado de forma categórica que hubiese consumido sustancias prohibidas, inclusive durante el testimonio que dio ante un jurado federal.

En su carta, Jones también dice que se había declarado culpable ante un juzgado en Nueva York de dos cargos de haber mentido a los agentes federales sobre el uso de las drogas y otro relacionado con un asunto financiero. «Deseo pedir perdón por todo esto», informa la fuente periodística que cita a una persona que recibió la copia de la carta de Jones y que leyó a los profesionales del periódico. «Lo siento por haberlos decepcionado a todos».

La admisión de Jones podría costarle la pérdida de las cinco medallas que ganó durante los Juegos de Sydney, tres de oro y dos de bronce. Pero su carrera comenzó a decaer y fue cuestionada cuando surgieron las acusaciones.