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BÀSQUET INCA 59 BEIRASAR ROSALÍA 64 BÀSQUET INCA (14+15+20+10): Sergio Ramos (11), Carles Biviá (12), Thomas Terrell (10), Alberto Ruiz de Galarreta (11), Lamont Hamilton (9) -cinco inicial-, Alberto Alzamora (0), Marc Blanch (2), Sotiris Manolopoulos (0), Franco Rocchia (4), Jan Orfila (0) y Kestutis Marciulionis (0).

BEIRASAR ROSALÍA (16+19+14+15): Charles Ramsdell (7), Miguel A. Montañana (15), Curtis Bobb (8), Flinder Boyd (8), Brad Oleson (13), -cinco inicial- Nick Moore (2), Camilo Riveiro (0), Tony Binetty (0), Albert Fontet (0), Rogelio Legasa (11) y Georgios Dedas (0).

Àrbitros: Morales García y López Martínez. Sin eliminados. Castigaron con antideportiva a Bobb.
Fernando Fernández
La peor versión del Básquet Inca supo por qué el Rosalía acumula tres jornadas sin saber lo que es perder. Los de es Raiguer se mostraron perdidos en su faceta anotadora y firmaron un último cuarto para olvidar que les hace encadenar una segunda derrota que deja un sabor amargo en una grada que por fases vio al equipo de las mejores noches, pero acabó despidiendo a un plantel sin brújula y que pierde fuelle a costa de un rival que con un baloncesto tan simple como aburrido, deja a los baleares tocados (59-64).

El cinco gallego sabía que siendo agresivo y matando el choque tendría opciones de salir vivo. Con Terrell bloqueado, tuvo que ponerse el Rosalía tres arriba (4-7) para que los de es Raiguer encendieran las alarmas, pero el rival siguió a la suya: apretando los dientes atrás y buscando la inspiración en ataque de su armada foránea. La crisis se prolongó en el segundo cuarto. Hasta que Rocchia culminó un contraataque que dio alas a los gualdinegros (20-18), que se entonaban, pero iban al ritmo que imprimía su rival, una dinámica que hacía del juego un tedio, pero que a los santiagueses les iba bien. Más cuando el Inca estaba fallón desde el perímetro (3 de 27 en triples) y no hallaba respuestas en la pintura.

Para colmo de males, Blanch se iba al banquillo tocado. Biviá daba aire, pero Legasa y Oleson, con dos triples consecutivos, frenaban la reacción (24-32). Tocaba poner en pista a la artillería pesada (Terrell, Hamilton, Ramos, Galarreta), aunque el Inca tenía la pólvora mojada y los árbitros tampoco ayudaban. Mientras, Rosalía se iba a haciendo más grande en el electrónico hasta el descanso (29-35).

Un triple santiagués (31-40) puso contra las cuerdas a un Inca negado. Terrell y Legasa capitalizaron por fases la actividad ofensiva y Blanch volvía a pista. Parecía que ahora sí iba a cambiar la cosa (45-42). Este era el Inca de siempre, pero el rival estaba vivo (49-49, minuto 30).

La velocidad se convirtió en frenética en el cuarto decisivo y los triples seguían sin entrar, yendo así los inquenses a remolque, pero con las distancias tomadas. Con el permiso de Bobb, que desde la esquina enchufó un triple de los que duelen y tuvo continuación en un dudoso movimiento de Montañana (53-58 a 6:20). Otro triple, y otra vez de Oleson (55-61 a 4:26) dificultaba la misión. Rosalía se lo iba creyendo y el Inca se encerraba en una zona efectiva, pero sin continuidad en ataque, donde regresaban los fantasmas del primer cuarto. Y esta vez, Rosalía no iba a dejar pasar la oportunidad.