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«Nuestra guerra es Huelva. Ahí es donde nos jugamos los puntos». La plantilla del Real Mallorca regresó ayer a la Isla quitando hierro al varapalo sufrido el pasado miércoles ante el Eivissa (4-1) en la final del Torneig Illes Balears. Aunque con la sensación de no haber dado la talla, el grupo de Gregorio Manzano optó por pasar página de inmediato, pensar en el fin de semana de descanso que disfrutarán desde este mediodía -hoy entrenan en la Ciudad Deportiva- y comenzar a preparar ya el compromiso del próximo domingo día 21 en El Colombino ante el Recreativo de Víctor.

«El césped no es excusa y está claro que, por entidad, debimos ganar. Pero nuestra guerra es Huelva. No estuvimos a la altura y por ello debemos corregir los errores, pero nada más», apuntó uno de los capitanes del plantel.

Gafe
La opinión de los futbolistas coincide con la expresada por Gregorio Manzano al término del encuentro. El técnico de Bailén, obviamente, estaba molesto por el resultado y la imagen, aunque de inmediato optó por «no sacar las cosas de contexto». Y es que el conjunto bermellón todavía no sabe lo que es ganar este trofeo, que se antoja gafe para la SAD balear.

Al margen de la derrota, el Eivissa hurgó en la herida que está marcando los últimos partidos del Real Mallorca. De hecho, en sus cuatro últimos encuentros, contabilizando los del torneo celebrado en Can Misses, el conjunto isleño ha recibido la friolera de ¡10 goles!. La hemorragia defensiva arrancó en el Manuel Ruiz de Lopera el pasado 30 de septiembre. El Betis de Héctor Cúper, que hasta entonces no conocía la victoria, encontró petróleo en la línea de fondo gracias a los goles del mallorquín Xisco y de los brasileños Sobis y Edu.

Siete días más tarde, el pasado domingo en el ONO Estadi, el Getafe también perforó la meta bermellona con cierta facilidad. Sousa, en dos ocasiones, encontró resquicios en una zaga que el pasado curso arrancó el campeonato como una de las más seguras del torneo -sólo encajó cinco goles en las siete primeras jornadas- y que, este año, parece haber perdido esa seguridad.