Comienza la leyenda

Verano de 1934. Andrés y Roberto, hermanos de Carmen, que cuenta con once años de edad, la invitan a ir con la barca que el entrenador Eduardo Llompart de la Peña conduce entre los pantalanes del Puerto para entrenar a los dos varones. Como hace calor invitan a Carmen a tirarse al agua y les gusta como nada, hasta el punto que Llompart de la Peña la inscribe en un campeonato que va a disputarse en la piscina de Montjuïc, en Barcelona. La sorpresa de todos es que llegó segunda en 200 metros braza, por delante incluso de la gran favorita, la catalana García Arena. Después repitió gestas en Valencia y Alicante y decidió nadar más en serio. La guerra civil (1936-1939) cortaría su progresión, aunque Carmen disponía de un lujo a su alcance, el mar (en Palma no había piscinas), y un amigo de la familia que la entrenaba copiando los ejercicios de un libro.

Nadadora, campeona y adelantada a su tiempo: eran famosos sus ajustados bañadores de seda, lo que suponía toda una novedad en aquella época de mazo y comunión. En 1940, año en que precisamente Carmen Guàrdia se convertía en la primera mujer mallorquina en ganar un Campeonato de España, el récord de Balears que 'la Sirena de Palma' había establecido en aguas de la Piscina de Vigo en 200 metros braza, tres minutos y veinte segundos, lo pulverizaba a nivel mundial la brasileña Margarita Lenk con un crono de 2 minutos 56 segundos y 06 décimas. En 1946, cuando Carmen Guardia dejó la competición la holandesa Natalia Van Bliet estableció un nuevo récord mundial en 200 metros braza: 2 minutos 52 segundos y 06 décimas.