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Guillermo Ortego Damià Amer siempre recordará el 22 de enero de 1984. Ese día le tocó marcar a uno de los mejores futbolistas que ha dado el mundo del fútbol, Diego Armando Maradona, en el Camp Nou. Pese a su inexperiencia como profesional, el defensa mallorquín afrontaba sus primeros partidos en Primera División, cumplió con creces hasta el punto de recibir días después del partido una carta de un canal de televisión italiano en la que le felicitaban por su gran actuación frente al «Pelusa», al que había sido capaz de frenar sin propiciar ni una sola patada.

El de Sa Pobla recuerda que la semana anterior al partido fue una más, y que hasta el día antes del partido no supo que sería titular y que le tocaría marcar al astro argentino. El técnico mallorquinista por aquel entonces, Marcelo Domingo, le dijo: «Damià, mañana te toca marcar al crack».

El conjunto azulgrana, dirigido en aquella temporada por César Luis Menotti, contaba con jugadores de la talla de Migueli, Alesanco, Julio Alberto, Perico Alonso, Schuster, Victor Muñoz o Carrasco entre otros.

Amer, que salió al campo con el número tres y jugó los noventa minutos, era consciente de la responsabilidad que suponía marcar a Maradona, consciente que cualquier regate o dribling del argentino podrían dejarle en ridículo. Pero el defensa del Mallorca estaba convencido de sus posibilidades, tenía confianza y sabía que su misión en el terreno de juego no era otra que conseguir que Diego no creará juego.

Amer, admirador de Maradona, consciente de la dificultad de marcarle y de las cosas que era capaz de hacer, reconoce que era un espectáculo verlo jugar y que disfrutó mucho durante el partido, sobre todo con el control del balón que hacía.

El resultado final fue de empate a uno con goles de Marcos para los de Menotti y de Verón para los de Domingo. Amer vivió una jornada redonda ya que a su gran marcaje sobre Maradona había que sumar un empate frente a uno de los grandes del fútbol español, algo que para un equipo humilde, formado con jugadores de la Isla y recién ascendido de Segunda División suponía un éxito.

Cuando finalizó el partido, Amer recuerda que todos sus compañeros le felicitaron por su gran actuación.
El actual delegado del conjunto bermellón, que por aquel entonces estaba empezando como profesional en el balonpié, disputó nueve temporadas com futbolista, a las que hay que sumar quince como miembro del cuerpo técnico del Mallorca y otra como preparador de filiales.

A todos los jugadores les gusta ser recordados por marcar el gol decisivo en una final o por ganar un campeonato, y Amer no es una excepción. Pero está contento de que se le recuerde por aquella gran tarde y por ese marcaje a uno de los tres o cuatro mejores jugadores de la historia, una actuación que a buen seguro todavía recuerda el propio Diego.

El de Sa Pobla no sabe si fue su mejor partido pero desde luego sí por el que será recordado.