La selección española cumplió el objetivo. Estará el mes de junio de 2008 en Austria y Suiza merced a su triunfo ante Suecia (3-0), que deberá esperar hasta el próximo miércoles para lograr su billete. Aragonés salvó el último obstáculo de un sinuoso camino con facilidad. España fue muy superior a los nórdicos, que se mostraron muy endebles en defensa y no supieron cómo deshacerse del juego de toque de los hispanos.
Luis, que no pudo llevar a buen término la expectativas españolas en el Mundial de Alemania 2006, sí lo ha hecho en su segundo gran desafío. Y lo ha conseguido a pesar de un nefasto comienzo, con dos derrotas en los tres primeros partidos, que desataron un auténtico huracán de críticas en su contra. Aragonés supo hacer frente a todas ellas y no le tembló el pulso cuando tomó la determinación de excluir a Raúl González del grupo, algo impensable. Una decisión complicada, impopular y arriesgada. Un disparo que le podía salir por la culata en cualquier momento.
Fiel a su estilo
Pero el seleccionador, fiel a su estilo, no vaciló. No dudó. Se mostró impertérrito en su propuesta y la mantuvo contra viento y marea. Un año después, es el entrenador que ha llevado a España a disputar su octava fase final de una Eurocopa. El tiempo le ha dado la razón.
El Bernabéu no se llenó para asistir a tal acontecimiento, pero vibró con su selección y se acordó de Raúl en la segunda mitad, cuando ya España tenía el partido perfectamente encarrilado y la clasificación en el bolsillo. El partido se desarrolló de acuerdo a lo previsto. No hubo sorpresas. Los dos técnicos habían enseñado sus cartas en los días previos. España iba a tener el balón y Suecia le iba a esperar para intentar sorprender al contragolpe, con velocidad y por las bandas.
Así fue. Los de Aragonés volvieron a exhibir el toque, como lo habían hecho el pasado 13 de octubre en la victoria ante Dinamarca y los escandinavos asustaron en los primeros minutos. Lo hizo Zlatan Ibrahimovic en un par de ocasiones, pero fue un espejismo. La posesión y el mando del partido era totalmente de España, que abusó del toque. Los futbolistas de Luis sobaron demasiado la bola, pero adolecían de llegada. Tenían dificultades para llegar hasta David Villa, el único punta entre los fornidos defensas suecos.
España se adueñó tanto del esférico que no tuvo necesidad de hacer una falta hasta el minuto 25, once después de que Joan Capdevila se estrenase como goleador de la selección. Lo hizo en el minuto 14 al rematar desde dentro del área pequeña un saque de esquina botado por Xavi Hernández. Contó Capdevila con el beneplácito de los dos centrales suecos (Mellberg y Hansson), que fueron meros espectadores. El tanto terminó de tranquilizar el ánimo de España, que ya se veía en la Eurocopa sin necesidad de atender a lo que sucedía en Belfast entre Irlanda del Norte y Dinamarca, y no alteró el de Suecia, que siguió con la misma pobre sintonía. No estuvieron finos los suecos. Nunca se encontraron cómodos sobre el césped del Bernabéu. Quedaron encerrados dentro de la tela de araña del toque español y no supieron deshacerse de él. Definitivamente, no era su noche. Y con ese dibujo, fabricó España el segundo tanto. Magnífico en su elaboración, sobrada de pase. La jugada concluyó con una perfecta asistencia de Xavi a Capdevila y de éste a Iniesta, que firmó el tanto. Antes, Villa había estrellado un balón en el poste (m.29). El partido y la clasificación para la Eurocopa estaban sentenciados y el Bernabéu lo celebró, aunque insistió en reclamar a Raúl. El segundo período sobró. Fue un paseo para España y un pesado sueño para Suecia, que bajó los brazos y encomendó su suerte al partido del próximo miércoles frente a Letonia, en Estocolmo, para asegurar su presencia en Austria y Suiza.
Sergio Ramos hizo el tercero (m. 60) con un remate cruzado dentro del área y lo celebró a lo grande, con varias volteretas. El estadio era ya una fiesta. Austria y Suiza está en el horizonte y Luis es el gran artífice de ello. El combinado nacional finiquitó una trayectoria que ha tenido altos y bajos, sobre todo en su inicio, que no ha estado exenta de mucha polémica, sobre todo en la figura de Luis Aragonés, y que se ha acrecentado con el paso del tiempo dado el comportamiento del enternador de Hortaleza. Tras el encuentro disputado en Oviedo hace prácticamente tres meses, el madrileño se negó en redondo a hablar con los medios informativos y sólo lo hace en contadas comparecencias de prensa.
Esta situación, unida a las dudas que despertaba el juego del combinado nacional no ayudó tampoco a mejorar la convivencia en el grupo. Todo esto, unido a que el presidente Àngel María villar sigue enquistado en la presidencia con un sinfín de problemas, ha ayudado a que el ambiente en general haya sido muy hostil durante esta fase de clasificación. Ahora el trabajo está hecho y Aragonés empieza supuestamente la última etapa al frente del combinado nacional. Todo indica que a la conclusión de la Eurocopa, el de Hortaleza se marchará.
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