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Jenaro Lorente|MADRID
España se clasificó para la Eurocopa de Austria y Suiza de 2008 con un viraje en su sistema, ahora basado en el toque, con una línea de cuatro centrocampistas de creación, diseñadores de exquisita calidad técnica, pero poco poder defensivo.

Así se empleó el grupo de Luis Aragonés en el decisivo triunfo del mes de octubre en Aarhus ante Dinamarca y el en del Santiago Bernabéu ante Suecia, en el encuentro en el que selló su pasaporte para la fase final de la Eurocopa.

Pero el esquema no es el mismo con el que Luis comenzó la fase de clasificación. El planteamiento se ha modificado algo en los dos últimos envites, quizá forzado por las circunstancias.

Luis comenzó el camino hacia Austria y Suiza con el clásico 4-4-2, en el que el valencianista David Villa y el ex atlético y ahora jugador del Liverpool Fernando Torres se convirtieron en los dos puntas de referencia de España.

En el partido ante el combinado de Dinamarca del pasado 13 de octubre Aragonés no pudo contar con ninguno de los dos delanteros, que fueron baja por lesión, y se decidió por cambiar el dibujo sobre el césped. Ese día expuso un 4-1-4-1, con cuatro defensas (Ramos, Albiol, Marchena y Capdevila), un medio centro defensivo por delante (Albelda), cuatro centrocampistas (Joaquín, Xavi, Cesc e Iniesta) y un solo punta (Tamudo).

Era un partido a vida o muerte en el que una derrota hubiese dejado a España con pie y medio fuera de la Eurocopa. Pero el experimento le salió perfecto a Aragonés. La selección hizo el mejor partido de la fase previa, venció 1-3 y dio un paso de gigante para lograr el billete definitivo un mes después.

En ese encuentro Sergio Ramos anotó el que, posiblemente, ha sido el tanto más bonito de la «roja» en los últimos tiempos. Ramos concluyó una magnífica jugada de elaboración de España, cuyos jugadores encadenaron una larguísima serie de pases consecutivos hasta que el lateral del Real Madrid empujó el balón a la red de forma sutil, levantando la bola por encima del portero.

España hizo alarde del juego de toque en ese encuentro, lo mismo que en el del Bernabéu ante Suecia. Esta vez los componentes de la sala de máquinas fueron Iniesta, Xavi, Cesc y Silva, con David Villa como única punta.

Suecia no olió el balón. Iker Casillas no tuvo que hacer ninguna intervención. España sobó el esférico hasta la saciedad y volvió a anotar una diana antológica, la que firmó Andrés Iniesta y supuso el 2-0 que sentenciaba el encuentro.

Es verdad que la plantilla conformada por Aragonés posee jugadores de calidad contrastada para jugar de esa forma. Xavi, Iniesta, Cesc y Silva son un lujo para la selección, pero también es cierto que durante muchos minutos ante Suecia el toque fue poco productivo. No había llegada y era complicado conectar con Villa.

Ante los nórdicos no estaba Torres, ausente de la convocatoria al estar convaleciente de una lesión, pero el nueve del Liverpool si estará en la Eurocopa y será entonces cuando se plantee la duda de alinear a uno o dos puntas.