Pedro Roca hizo suyo el doblete. No le bastó al piloto de la Escudería Drach con proclamarse campeón de España de montaña (CM), sino que en su agenda también entraba hacerse con la corona de montaña del territorial balear, que echó el cierre con la XXVIII Pujada al Puig Major, que citó a más de medio centenar de equipos en la salida de Sóller. Ni la amenaza de nieve, hielo en el asfalto ni el frío intimidaron a los numerosos aficionados que se volvieron a echar a la cuneta para seguir las evoluciones de los mejores especialistas del automovilismo de montaña de la Comunitat. No en vano, el cartel de la prueba, con Pedro Roca al frente, ponía también en liza al ibicenco José Joaquín Fernández, subcampeón nacional del Grupo N, y al resto de pilotos notables dentro del Campeonato de Balears, caso de Gabriel Arrabal, Jerónimo Perelló y compañía.
Al final, el sol fue el acompañante de pilotos y seguidores. La baja temperatura del asfalto impedía a los neumáticos ofrecer sus mejores prestaciones en los primeros compases de la Pujada al Puig Major, que en su edición de 2007 contó con la organización de la Escudería Drach y al patrocinio del Ajuntament de Sóller.
Desde un arranque, Pedro Roca se encargó de marcar las distancias (2:18.112), contando con más de siete segundos en la primera ascensión cronometrada (a efectos del Campeonato de Balears fueron puntuables las dos mangas, C1 y C2, por primera vez) respecto a Pedro Roig (2:25.323), que se convirtió en la sensación de la prueba a los mandos de un Bango, el otrora vehículo pilotado por Pedro Roca. Gabriel Arrabal y Saturnino Ferrer hacían lo imposible para mantener el ritmo de cabeza. Una avería en el embrague impedía ver al mejor José Joaquín Fernández, quien estuvo a punto de ni tan solo tomar la salida en las últimas mangas. Por delante suyo, Jerónimo Perelló y Julián Gómez buscaban hacerse un hueco entre los aspirantes a un podio en el que Pedro Roca tenía prácticamente asegurada la primera plaza, salvo avería, accidente u abandono.
Los 4'4 kilómetros de ascensión cronometrada (desnivel medio de 5'35%) llegaban a su última parte con Roca como sólido dominador. Y no falló el campeón de España, que volvió a exhibirse con un crono de 2:17.840, rebajando incluso su marca de la primera tanda y certificando su reinado (se impuso en todas las mangas), con Pedro Roig y Jerónimo Perelló como más serias alternativas.
Con todo decidido, la guerra por el podio era la gran incógnita en la última ascensión. Roca acumulaba un tiempo de 4:35.952, a una media de 114'803 kilómetros por hora, con una más que llamativa diferencia sobre Pedro Roig (4:49.495, a 109'432 km/h). Jerónimo Perelló (4:51.806, a 108'565 km/h) acabó tercero, mientras que Gabriel Arrabal, cuarto (4:55.027, a 107'380 km/h), precedió a Saturnino Ferrer, el segundo Bango en la parte alta de la clasificación.
Pese a todos los problemas que arrastró a lo largo de los prolegómenos y durante la subida, el pitiuso José Joaquín Fernández acabó en una meritoria séptima posición, precedido por Julián Gómez, y por delante de José Martorell, campeón de Balears de autocross (Categoría B) desde hace unas semanas.
La ausencia de incidentes sobre el asfalto en la gran clásica del automovilismo de montaña mallorquín fue la guinda a una jornada en la que Pedro Roca demostró quién es el que manda en esta especialidad, demostrando que su nivel está un peldaño por encima del resto, aunque la emoción la pusieron el resto de implicados en acompañarle en el cajón. Pedro Roig brilló para acabar en segunda plaza, mientras que Jerónimo Perelló se permitió la licencia de atrapar la tercera posición y demostrar que es una de las grandes referencias del automovilismo insular.
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