TW
0

Víctor Casadesús ha pasado a un segundo plano. El delantero de Algaida, que fue clave a la hora de blindar la permanencia hace dos temporadas, vive sus horas más complicadas como futbolista de la primera plantilla y ayer protagonizó la ausencia más destacada de la convocatoria de Gregorio Manzano para viajar a Sevilla. El jugador isleño cuenta muy poco para el técnico jienense, ha perdido un terreno considerable con respecto a los otros atacantes de la plantilla y tendrá que aprovechar las oportunidades que le brinde la Copa para recuperar el rango. Si es que las tiene...

El canterano no ha gozado de un arranque de campaña demasiado cómodo. La llegada al club de Dani Güiza, unida al fichaje de Pierre Webó, le cerraron las puertas del once a finales de verano y le obligaron a intensificar su trabajo en los entrenamientos, aunque no ha sido suficiente. Su rol se ha ido recortando a medida que avanzaba la temporada y después de las doce primeras jornadas mantiene un papel secundario.

Aunque ha intervenido en siete encuentros, sólo acumula 229 minutos en sus estadísticas personales y únicamente supera a Molinero, Webó (ha estado dos meses lesionado), Castro, Ramis y Trejo en el tiempo que ha pasado sobre el terreno de juego. Uno de los datos que más juegan en su contra también está directamente relacionado con los números del vestuario. El curso pasado se estancó en cuatro tantos y este año sólo ha firmado uno, el que disparaba la remontada ante el Valladolid en la primera jornada intersemanal de la campaña. Sin embargo, Manzano le había reclutado para todos los enfrentamientos y no había faltado a ninguna cita.

Pese a todo, Víctor mantiene una llamativa tarjeta de presentación lejos de Mallorca. El Getafe se planteó en verano su fichaje como alternativa a la salida de Güiza y el Espanyol se dirigió recientemente al club balear para solicitar una cesión que los dirigentes rojillos rechazaron. Ese interés podría reactivarse a corto plazo, ya que Valverde busca un jugador joven para cubrirle las espaldas a Raúl Tamudo, pero si la situación del balear se agrava su cotización podría diluirse.