El ViveMenorca ya se encuentra en Bilbao, plaza históricamente inaccesible para los isleños. Vía Barcelona aterrizó en la capital vizcaína la expedición, que se ejercitó en la tarde de ayer sobre el parquet del vetusto pabellón de La Casilla, sede habitual del iurbentia, y escenario de un choque que se antoja complicado como el que más para los hombres de Ricard Casas.
No en vano, si algún equipo merece durante este inicio de curso el calificativo de revelación, ese debe ser sin duda el grupo de Txus Vidorreta, capaz de arrebatarle al mismísimo Joventut, en Badalona, la etiqueta de invicto, o de competir hasta el final ante el Real Madrid en Vistalegre, tal y como ejemplificó en la jornada anterior el equipo bilbaíno.
Y por si no fuera suficiente con el potencial del rival, el Menorca deberá afrontar los problemas que durante la semana han minado su fortaleza en la pintura. Jesús Fernández, con problemas en un muslo, y Paul Shirley, aquejado de una inflamación en el pie, serán duda hasta la hora del partido, sobretodo el pívot americano, que no ha entrenado durante los últimos tres días.
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