El Getafe se acercó al Calderón sin complejos, convencido de que no tenía nada que perder y sí mucho que ganar.
Sin grandes alardes, el Atlético se fue sacudiendo de encima al rival y comenzó a destilar a cuentagotas un fútbol que satisfizo a una afición que ya presume de la buena temporada de su equipo.Y por la banda derecha, la que ocupaba Simao Sabrosa, inauguró el Atlético el marcador. El luso envió desde esa zona un balón al área pequeña de Abbondanzieri para que Forlán firmase su sexto gol.
El partido se había convertido en una lucha sin cuartel y continuó con la misma tónica en el segundo acto, que irrumpió cargado de emoción y de altercados. El envite se volvió loco y cualquier cosa podía suceder.
Agüero vio la segunda amarilla y las circunstancias obligaban al Atlético a guardar el gol, pero el colegiado compensó al echar Lich, al que siguieron camino de la caseta Abbondanzieri y Reyes. Contra acabó de portero.
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